La leucemia es un tipo de cáncer que afecta a las células sanguíneas y la médula ósea. Los síntomas incluyen fatiga, pérdida de peso, fiebre y aumento de los ganglios linfáticos.
Existen dos formas de clasificar a las leucemias, en función de la velocidad con que se desarrollan y del tipo de glóbulos blancos a los que afecta:
- Leucemia aguda: Las células sanguíneas anormales son células inmaduras que no pueden cumplir sus funciones y se multiplican, por lo que la enfermedad empeora rápidamente y requiere un tratamiento oportuno. Es más frecuente en niños y adultos jóvenes.
- Leucemia crónica: Se desarrollan de forma lenta. Existen diversos tipos de leucemias crónicas y algunas pueden incluso no provocar síntomas tempranos y pasar años sin un diagnóstico.
- Leucemia linfocítica: Afectan a los linfocitos, que son las que forman el tejido linfático.
- Leucemia mielógena: Afecta a las células mieloides, encargadas de producir glóbulos rojos y blancos, y las células que producen las plaquetas.
Tipos de leucemias
Los principales tipos son:
- Leucemia mieloide aguda (LMA): Es más común en personas de 65 años o más. Afecta a las células mieloides y se desarrollan con rapidez.
- Leucemia mieloide crónica (LMC): A diferencia de la aguda, esta se desarrolla progresivamente y afecta principalmente a adultos. Puede presentar pocos síntomas o ninguno durante meses o años.
- Leucemia linfocítica aguda (LLA): El tipo de leucemia más común en niños y jóvenes. Afecta a las células linfoides y se desarrolla rápidamente.
- Leucemia linfocítica crónica (LLC): Esta se desarrolla con lentitud y es más común en adultos.
Tratamiento
El tratamiento depende del tipo de leucemia, los más comunes contra esta enfermedad son:
- Quimioterapia: Los medicamentos entran al torrente sanguíneo y destruyen las células cancerosas en todo el cuerpo; sin embargo, no pueden llegar al cerebro ni a la médula espinal porque existe una red protectora de vasos sanguíneos que impide la entrada de sustancias extrañas al sistema nervioso central.
- Radioterapia: La terapia radiológica utiliza una máquina especial que emite rayos x que dañan a las células cancerosas e impiden que sigan creciendo. Estas radiaciones pueden dirigirse a todo el cuerpo o enfocarse a ciertas zonas donde se haya detectado la presencia de células cancerosas.
- Trasplante de médula ósea: El paciente es sometido a un trasplante de médula ósea (también llamado de célula madre) de algún donador que sea compatible, idealmente un pariente cercano. También puede transplantarse parte de su propia médula ósea.
- Terapia dirigida: Utiliza medicamentos que atacan a genes y proteínas específicos que hacen que las células cancerosas sobrevivan y crezcan.
Se desconoce la causa de la mayoría de los tipos de leucemia, sin embargo algunos factores de riesgo son la exposición a radiaciones ionizantes de ciertos productos químicos, haber recibido quimioterapia o radioterapia para tratar otros tipos de cánceres, tener antecedentes familiares o padecer algún trastorno genético como síndrome de Down.