Un método de diagnóstico que utiliza energía electromagnética ionizante.
Los rayos X pueden atravesar algunos tejidos del cuerpo como la sangre, la piel, la grasa y el músculo. Estos tejidos, también conocidos como blandos, permiten el paso de la mayoría de los rayos y aparecen en gris oscuro en la placa. Por otro lado, si es un hueso o un tumor (los cuales son más densos), interfieren en el paso de los rayos y en la placa aparecen de color blanco. De esta manera, el médico puede distinguir la presencia de un tumor o una fractura.
Generalmente se utiliza para diagnosticar y analizar lesiones:
Por lo general, los rayos X se emplean para localizar fracturas de huesos; no obstante, también permiten detectar casos de neumonía, cáncer de pulmón, edema pulmonar, abscesos, problemas en el tubo digestivo, entre otros.
Se coloca la parte del cuerpo que va a ser analizada entre la máquina de rayos X y la placa. El paciente deberá permanecer inmóvil hasta que el médico lo indique.
En algunas ocasiones es necesario tomar varias radiografías de diferentes puntos para tener una vista frontal y lateral de la zona afectada.
Los rayos X podrían producir algunas alteraciones si el paciente se expone demasiado a ellas. Afortunadamente esto es poco frecuente, ya que se toman las medidas necesarias para reducir los riesgos al mínimo.
Por esta razón, no es recomendable que una embarazada se someta a los rayos X, ya que puede ocasionar anomalías congénitas en el producto. Es necesario que informe a su médico o radiólogo si tiene alguna sospecha de embarazo. En cuanto a los niños y adolescentes menores de 18 años, se pueden someter a una radiografía si su médico lo solicita.
Normalmente las radiografías se entregan en un periodo de 24 horaso en una hora o menos si son urgentes. Es muy importante consultar al médico antes de someterse a cualquier tipo de estudio con rayos X.