La influenza es una enfermedad causada por un virus que afecta a los pulmones, bronquios, garganta, nariz y oídos; además puede desencadenar cuadros de asma. Es considerada como una de las enfermedades más contagiosas y de rápida difusión.
El mayor problema radica en que con el paso del tiempo los virus que afectan a nuestro organismo se vuelven cada vez más agresivos, y la influenza no es la excepción. Esta enfermedad puede llegar a ser mortal si no es atendida adecuadamente.
Los síntomas comunes de la influenza incluyen:
- Fiebre
- Tos
- Dolor de garganta
- Congestión nasal
- Dolores musculares
- Dolor de cabeza
- Fatiga
La manifestación de estos síntomas puede durar de una a dos semanas, con el riesgo de complicarse con enfermedades como neumonía o bronquitis hemorrágica. Por tal motivo, si una persona presenta alguno de los síntomas mencionados debe acudir con un especialista para iniciar un tratamiento adecuado, así como tomar las medidas necesarias para evitar la propagación del virus.
Tipos de influenza
Existen tres tipos principales de virus de la influenza, denominados A, B y C. Estos virus pertenecen a la familia Orthomyxoviridae y comparten similitudes en términos de estructura y características generales, pero difieren en su impacto en la salud.
- Virus de la Influenza A: Este tipo de virus es el más variable y responsable de la mayoría de los casos. Los virus de la influenza A se subdividen aún más en subtipos según las proteínas de superficie hemaglutinina (H) y neuraminidasa (N) que poseen. Por ejemplo, el virus H1N1 y el H3N2 son subtipos de influenza A que han causado brotes significativos en personas.
- Virus de la Influenza B: Este tipo de virus también puede causar epidemias estacionales de gripe, pero generalmente con menor gravedad que los virus de la influenza A. Los virus de la influenza B no se subdividen en subtipos, pero sí se dividen en linajes y cepas.
- Virus de la Influenza C: Este tipo de virus generalmente causa infecciones respiratorias leves y no se asocia comúnmente con epidemias significativas. No hay subtipos de influenza C.
Es importante destacar que tanto los virus de la influenza A como los de la influenza B pueden cambiar a lo largo del tiempo a través de mutaciones y recombinaciones genéticas. Esto es lo que lleva a la necesidad de actualizar regularmente las vacunas contra la influenza para adaptarse a las cepas circulantes más recientes.
Personas propensas a padecer influenza
- Adultos de la tercera edad
- Niños en edad escolar
- Personas con problemas cardiacos, renales, pulmonares, metabólicos y anémicos
- Embarazadas del tercer trimestre
¿Cómo se transmite la influenza?
La influenza se propaga principalmente a través de las gotas respiratorias expulsadas por una persona infectada al toser, estornudar o hablar. También es posible contagiarse tocando superficies contaminadas con el virus y luego tocando la boca, la nariz o los ojos.
Durante el invierno la influenza se propaga muy fácilmente entre los niños de edad escolar y personas de la tercera edad. Es muy fácil que los niños transmitan la infección a los adultos con los que conviven, y estos a su vez pueden transferirlo a los pequeños. La incubación del virus dura de uno a tres días y el mayor riesgo de contagio se produce 24 horas antes de que se presenten los síntomas.
Tratamiento de la influenza
El tratamiento es similar al de un resfriado común, a base de medicamentos antivirales para acortar la duración de la enfermedad, lo cual se puede combinar con los siguientes consejos:
- Guardar reposo
- Beber abundantes líquidos
- Mantener un ambiente húmedo
- Evitar cambios bruscos de temperatura
- Medidas generales de higiene
La mejor manera de prevenir la influenza es vacunarse anualmente, en especial los grupos de riesgo. Además, prácticas de higiene como lavarse las manos regularmente y cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar pueden ayudar a reducir la propagación del virus.
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