Como padres es normal sentir preocupación por la salud de nuestros hijos, estar atentos en todo momento sobre los cambios que presenten en su estado de ánimo y físico puede ser de gran utilidad ante una enfermedad.
Durante la niñez el sistema inmune aún se encuentra en desarrollo, así como el sistema digestivo, nervioso y cardiovascular son más vulnerables a ciertas enfermedades. Por ello, se recomienda llevar un control de vacunación para fortalecer sus defensas y evitar que puedan contraer enfermedades graves como tétanos, sarampión o tuberculosis. No obstante, existen otras enfermedades comunes que pueden afectar a nuestros pequeños.
Bronquitis
Se trata de una infección del tracto respiratorio que provoca tos e inflamación de los bronquios. Para evitarla es importante mantener limpios los espacios utilizados por el niño, impedir su exposición al mal clima y alejarlos de áreas expuestas al tabaco. Su tratamiento es simple y puede incluir: descanso, toma de líquidos y, en caso necesario, administración de medicamentos.
Resfriado común
El resfriado es una infección contagiosa de origen viral que afecta a las vías respiratorias superiores. Sus síntomas más frecuentes son: congestión, escurrimiento nasal, carraspera, tos y estornudos. En niños, esta condición suele ser autolimitada y se puede sobrellevar con cuidados, como beber líquidos, descansar y utilizar aerosoles nasales.
Diarrea
La diarrea puede ocurrir debido a la intolerancia a ciertos tipos de alimentos o por una gastroenteritis infecciosa. En algunos niños se puede presentar leve y desaparecer en pocos días; en cambio en otros puede durar más tiempo y ocasionar deshidratación y debilidad. Para controlarla se debe mantener al niño hidratado, reducir el consumo de grasas y, en algunos casos, se pueden utilizar medicamentos para la recuperación intestinal. En estos casos, es importante que el pediatra se encargue de evaluar y brindar el tratamiento adecuado.
Dolor de oído
El dolor de oído es común en los niños y a menudo es causado por un virus, una infección o la presión de un resfriado. Se estima que cinco de cada seis niños tienen por lo menos una infección del oído antes de cumplir los tres años de edad. Para tratarla, el médico puede recomendar analgésicos o gotas para aliviar el dolor y la fiebre.
Dermatitis atópica
Se trata de una enfermedad de la piel que provoca erupciones cutáneas, lo que genera inflamación de la piel y picazón. El cuidado de la piel todos los días con productos libres de alérgenos puede reducir la necesidad de medicamentos, o bien, el médico puede recomendar el uso de antibióticos para contrarrestar esta enfermedad.
Rubéola
Esta enfermedad es causada por un virus que se transmite a través de estornudos, tos o contacto con superficies contaminadas. Si el niño no se encuentra vacunado, la probabilidad de contraer el virus puede ser del 90%.
Generalmente se caracteriza por la aparición de fiebre y sarpullido de manchas que suelen aparecer por todo el cuerpo, no causa picazón ni es doloroso para el niño. Hoy día no hay tratamiento para esta infección, aunque por lo general los pacientes se recuperan una semana después de la aparición de la fiebre.
Conjuntivitis
La conjuntivitis es la inflamación de la membrana transparente entre el párpado y el globo ocular. Los síntomas de esta condición son: inflamación de uno o ambos ojos, picazón, sensación de tener “arenilla” dentro de los ojos, lagrimeo y formación de costras.
En la mayoría de los casos, el tratamiento de esta condición consiste en el alivio sintomático. Pero si es ocasionada por una bacteria, es importante acudir con un especialista que brinde el tratamiento adecuado.
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