Una malformación congénita es un problema que le ocurre al bebé mientras se desarrolla dentro del útero de la madre, afectando la estructura o funcionamiento normal de diferentes partes del cuerpo.
Estas anomalías, presentes al nacer, pueden influir en el desarrollo físico y funcional de un individuo a lo largo de su vida. Existen más de 4000 malformaciones congénitas, y se engloban en dos grupos:
- Malformaciones congénitas estructurales: El bebé nace sin una parte del cuerpo o con una malformación en dicha parte. Las más frecuentes son el paladar hendido, la displasia de cadera congénita, la espina bífida o el pie zambo.
- Malformaciones congénitas funcionales: Hay un problema en la composición química del organismo, afectando al sistema nervioso, metabólico o inmune. Algunas de las más conocidas son el síndrome de Down, sordera, ceguera, hiotiroidosmo congénito, entre otras.
Factores de riesgo
- Fumar, consumir alcohol o drogas durante el embarazo.
- Tener afecciones antes y durante el embarazo como obesidad o diabetes no controlada.
- Antecedentes familiares.
- Ser madre por primera vez después de los 35 años.
- Ciertos medicamentos.
- Infecciones o exposición a sustancias químicas durante el embarazo.
Síntomas
A lo largo de la gestación, la madre puede no experimentar síntomas evidentes. Por ende, la única manera de identificar oportunamente posibles malformaciones congénitas radica en llevar a cabo un seguimiento adecuado del embarazo y someterse a estudios prenatales
Por otro lado, los síntomas en el recién nacido son sumamente variables, dependiendo de la naturaleza de la malformación y su grado de severidad. Algunas malformaciones pueden pasar desapercibidas, mientras que otras pueden resultar discapacitantes o exigir tratamientos a lo largo de toda la vida.
Detección y tratamiento
Para diagnosticar una malformación, comúnmente se recurre a una serie de pruebas genéticas que se realizan con pequeñas muestras de sangre o saliva. Estas pruebas pueden llevarse a cabo tanto durante el embarazo como inmediatamente después del nacimiento del bebé.
La ecografía es una herramienta útil, ya que le permite al médico ver la evolución y desarrollo del feto, detectando alguna malformación durante el primer trimestre como el Síndrome de Down.
El tratamiento puede variar según la naturaleza de la malformación. Mientras algunas pueden corregirse o mejorar mediante procedimientos quirúrgicos, otras pueden requerir tratamiento farmacológico desde el momento de su nacimiento.
Prevención
Aunque no todas las malformaciones congénitas son prevenibles, los especialistas sugieren una serie de medidas que los padres pueden tomar antes o durante el embarazo para incrementar las probabilidades de dar a luz a un bebé saludable:
- Cuidar la alimentación de la madre y consumir suplementos de ácido fólico.
- Evitar el consumo de sustancias nocivas como el tabaco y alcohol.
- Controlar la diabetes.
- No tener ninguna enfermedad de transmisión sexual (ETS).
- Tener el esquema de vacunación completo.
- Tomar solo los medicamentos indicados por el médico durante el embarazo.
- No exponerse a sustancias tóxicas o peligrosas.
- Si la mujer tiene alguna afección médica, es importante acudir al médico antes de quedar embarazada.
Aunque no todas las malformaciones congénitas son prevenibles, la adopción de medidas antes y durante el embarazo puede reducir los riesgos y favorecer un entorno propicio para el desarrollo fetal. La consulta regular con el especialista y la atención cuidadosa a la salud materna son pasos fundamentales en el camino hacia la prevención y el cuidado óptimo durante el embarazo.