Un problema de salud pública mundial que en ocasiones puede ser invalidado.
La depresión posparto suele presentarse en las primeras semanas después del nacimiento del bebé y puede extenderse varios meses.
Los síntomas de la depresión posparto coinciden en muchas ocasiones con las sensaciones características de traer una nueva vida al mundo: ansiedad, cambios de humor, cansancio, sensación de estar haciendo mal las cosas, aislamiento por pasar más tiempo con el bebé y cambios en el peso.
La familia, amigos, pareja, hijos mayores, incluso la madre misma, esperan un comportamiento de las nuevas madres, y la presión por lograr estas expectativas (generalmente poco realistas), aunado a las dificultades físicas de haber dado a luz recientemente, hacen la mezcla perfecta para sentir angustia, cansancio y, sobre todo, culpa, lo cual puede potenciar los síntomas depresivos y pasar de ser simplemente rasgos pasajeros a ser un trastorno.
De acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, DSM-5, la depresión posparto está catalogada como un trastorno depresivo mayor e incluye síntomas como:
Si presentas cinco o más de los síntomas se recomienda acudir a un profesional de la salud mental, ya sea psicólogo o psiquiatra, para evaluar tu caso, ya que la intensidad y gravedad puede variar de persona a persona al igual que el tratamiento a seguir.
Dar a luz no es tarea fácil, requiere esfuerzo físico, mental y emocional, lo cual puede hacerte sentir frustrada y angustiada. No invalides tu sentir, recuerda que para que tu bebé esté bien, tú necesitas estarlo también, y para ayudarte a lograrlo, están los profesionales de la salud mental.