Colonoscopia

Es la prueba más importante para prevenir y diagnosticar el cáncer colon.

La colonoscopia es un examen que se realiza para explorar detalladamente todo el intestino grueso e, incluso, la parte del intestino delgado que une al colon con el íleon (parte final del intestino delgado), a través de un endoscopio.

Este examen tiene la ventaja de tomar muestras de tejido con el fin de observarlas en el microscopio y obtener, con ello, un diagnóstico preciso. La colonoscopia se debe efectuar si el paciente presenta:

Diarrea crónica mezclada con sangre
Fiebre
Dolor abdominal
Estreñimiento

También se recomienda:

Cuando el estudio radiológico muestra alguna alteración del colon (como estrechez o tumores).
En pacientes recién operados de cáncer colorrectal (puede ser anual o cada dos años).
En familiares de personas con cáncer colorrectal.
Ante la sospecha de padecimientos como colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn.
Cuando hay sangrado a través del ano, sin causa aparente de hemorroides.
Cuando existen antecedentes de tumores de colon (debe realizarse cada 2 o 3 años para llevar un control).

¿Para qué sirve?

Mediante una colonoscopia se puede confirmar o descartar la existencia de alguna enfermedad digestiva y para poder llevar a cabo ciertos tratamientos sin recurrir a la cirugía (endoscopia terapéutica). También es posible la extirpación de pólipos (tumor de origen mucoso) y la dilatación del colon después de una cirugía para corregir la estrechez causada por ciertos procesos inflamatorios del colon.

Preparación previa

Antes de realizar una colonoscopia se recomienda al paciente llevar a cabo una limpieza exhaustiva del colon, por lo que es conveniente:

De 5 a 7 días antes del procedimiento no tomar ningún medicamento antiinflamatorio, anticoagulantes, ácido acetilsalicílico y fármacos que contengan hierro, a menos que el médico lo autorice.
De 3 o 4 días antes de la exploración, el paciente debe seguir una dieta rica en fibra.
Es posible que el médico recomiende evitar alimentos que tengan alto contenido de hierro como el hígado de cerdo.
Tomar abundantes líquidos.
Regularmente 24 horas antes de la prueba, el paciente debe tomar una solución laxante.
Seis horas antes de la exploración es importante estar en ayunas, ya que una exploración eficiente depende de la limpieza correcta del colon.

Tres médicos con uniforme y guantes azules. Una de ellos está colocando un colonoscopio en el paciente que se encuentra acostado

Procedimiento

Se realiza de manera ambulatoria, por lo que no es necesaria la hospitalización. Al entrar a la sala donde se realizará la endoscopia, el paciente se debe quitar todos los objetos personales de metal que traiga consigo, así como los lentes de contacto (en caso de usarlos) y deberá informar al médico si es portador de un marcapaso.

Debido a que la exploración puede resultar molesta y un poco dolorosa, con frecuencia se utiliza un tipo de sedante que se administra por vía intravenosa, con el fin de hacer más confortable la exploración. El paciente se recuesta en una camilla y el especialista introduce el endoscopio a través del ano, iniciando así la exploración.

La exploración se visualiza en un monitor, lo que permite al especialista tener un diagnóstico correcto y confiable. Durante una colonoscopia el paciente puede experimentar inflamación del abdomen, a consecuencia de la introducción de aire para explorar el tubo digestivo. También puede presentar un dolor (tipo retortijón) y ganas de evacuar (desaparecerán en algunos minutos). La prueba puede durar de 15 a 60 minutos.

Después de la exploración

Una vez concluida la exploración, la recuperación del paciente puede tardar entre 3 y 4 horas a consecuencia de la sedación. Es recomendable que la persona no realice algunas actividades (como manejar) durante ese tiempo, hasta que la recuperación sea completa.