El embarazo es una etapa en la que el sistema urinario de las mujeres cambia, ya que hay modificaciones anatómicas y funcionales que pueden predisponer a múltiples enfermedades del tracto urinario.
Dentro de estas enfermedades, las infecciones urinarias son la segunda patología más frecuente durante el embarazo, y pueden representar un riesgo para las mamás, y en consecuencia aumentar el riesgo de mortalidad perinatal, parto prematuro, retraso en el crecimiento intrauterino y bajo peso al nacer. Por eso, es de suma importancia llevar un adecuado control con estudios que brinden un buen seguimiento del tracto urinario durante esta etapa.
Síntomas
Las tres formas más frecuentes de infecciones urinarias en embarazadas son:
- Bacteriuria asintomática: Como su nombre lo define, es la presencia de colonización bacteriana en orina no asociado a síntomas clínicos (infección silenciosa). Se calcula que entre el 5 al 10 % de las embarazadas desarrollarán este tipo de infección. Aún cuando es una infección asintomática, en caso de no tratarse adecuadamente, puede provocar y evolucionar a una cistitis o a una infección en los riñones.
- Cistitis aguda: Infección en la vejiga acompañada de inflamación. Suele presentarse en el segundo trimestre del embarazo. Los síntomas que usualmente se presentan son: aumento en la frecuencia urinaria acompañado de urgencia, ardor durante o después de orinar, dolor en la región arriba del pubis, orina turbia con olor fétido y malestar general. Dependiendo la gravedad, puede presentar fiebre y en algunos casos, sangrado en la orina.
- Pielonefritis aguda: Se define como la infección a nivel de los riñones. Es más común en el segundo y tercer trimestre del embarazo. Dentro de las tres presentaciones esta es la forma de infección urinaria más complicada; actualmente es considerada la primera causa de ingreso hospitalario no obstétrico en embarazadas. Los síntomas que generalmente se presentan son: ataque al estado general, fiebres altas, cefalea, náuseas, dolor en región lumbar y parte media de la espalda.
El diagnóstico de un proceso infeccioso agudo usualmente se realiza con la valoración y exploración física por un urólogo y se confirma con estudios complementarios como examen general de orina, urocultivo, biometría hemática y ultrasonido del tracto urinario.
Sin embargo, por la alta incidencia y frecuencia de infecciones urinarias durante el embarazo y la posibilidad de infecciones asintomáticas, todas las embarazadas deben de realizar por lo menos un examen general de orina y urocultivo en la primera consulta prenatal, y una segunda en la semana 16 de gestación.
Tratamiento
El tratamiento de infecciones de vías urinarias debe ser indicado por un médico especialista que ordenará los estudios necesarios y prescribirá medicamentos (generalmente antibióticos y fármacos para controlar los síntomas) o bien la necesidad de internamiento hospitalario, dependiendo del tipo de infección y la gravedad del cuadro.
Es importante recalcar que algunos antibióticos son contraindicadosdurante el embarazo por ser teratogénicos (fármacos que pueden causar efecto dañino en el bebé), por eso es de suma importancia acudir con un urólogo experto para el adecuado diagnóstico y tratamiento, así como evitar a toda costa la automedicación.
Consejos para prevenir una infección urinaria durante el embarazo
A pesar de que es imposible prevenir al 100 % una infección durante el embarazo, existen algunas medidas generales pueden ayudar a disminuir el riesgo de padecerlas, tales como:
· Beber por lo menos 3 litros de agua al día.
· No aguantar las ganas de orinar por periodos prolongados.
· Orinar después de tener relaciones sexuales.
· Después de orinar, realizar el aseo de adelante hacia atrás.
· En caso de ser pacientes diabéticos, llevar un control estricto de los niveles de glucosa.