La vaginosis bacteriana es una infección vaginal común causada por un desequilibrio en las bacterias que normalmente habitan la vagina.
Aunque la vaginosis bacteriana (VB) no es una infección de transmisión sexual (ITS) en el sentido estricto, ciertos comportamientos sexuales pueden aumentar el riesgo de desarrollarla.
La vagina alberga naturalmente una comunidad de bacterias que mantienen un ambiente saludable. La mayor parte de estas bacterias son Lactobacillus, que ayudan a mantener el pH vaginal en un nivel ligeramente ácido, lo que evita la proliferación de microorganismos dañinos. La vaginosis bacteriana ocurre cuando disminuyen los niveles de estas bacterias protectoras y aumentan otras bacterias anaerobias, como Gardnerella vaginalis, Atopobium y Mobiluncus, lo que altera el equilibrio del ecosistema vaginal.
Este desequilibrio puede provocar síntomas como:
- Flujo vaginal anormal: Con un olor fuerte y desagradable, a menudo descrito como “a pescado”, especialmente después de las relaciones sexuales.
- Picazón o irritación vaginal.
- Ardor al orinar.
Sin embargo, en muchas mujeres, la vaginosis bacteriana no causa síntomas evidentes, lo que puede dificultar su detección.
¿Cómo se transmite la vaginosis bacteriana?
Aunque la vaginosis bacteriana no es considerada una infección de transmisión sexual (ITS), algunos factores y prácticas sexuales están asociados con un mayor riesgo de desarrollarla. Es importante destacar que la VB no se transmite de la misma manera que una ITS clásica, pero ciertos comportamientos pueden alterar el equilibrio bacteriano de la vagina, favoreciendo la aparición de la enfermedad.
1. Relaciones sexuales
Tener una nueva pareja sexual o múltiples parejas sexuales está asociado con un mayor riesgo de vaginosis bacteriana. Esto se debe a que la actividad sexual puede alterar el entorno vaginal y el equilibrio bacteriano. No obstante, la vaginosis bacteriana también se puede presentar en mujeres que no son sexualmente activas.
Aunque no se considera una ITS, las relaciones sexuales, especialmente sin protección, pueden influir en la flora vaginal. El intercambio de fluidos sexuales y la exposición a diferentes bacterias de la piel o del pene pueden cambiar el ambiente de la vagina, facilitando el crecimiento de bacterias que causan vaginosis.
2. Duchas vaginales
El uso de duchas vaginales es un factor de riesgo importante para desarrollar vaginosis bacteriana. Estas prácticas pueden alterar el equilibrio natural de la flora bacteriana vaginal, eliminando las bacterias beneficiosas y permitiendo que proliferen bacterias dañinas. Las duchas vaginales no son recomendadas por los profesionales de la salud, ya que en lugar de limpiar la vagina, tienden a desestabilizar su ecosistema natural.
3. Uso de productos vaginales
El uso de productos perfumados como jabones, aerosoles o desodorantes vaginales también puede aumentar el riesgo de vaginosis bacteriana. Estos productos pueden irritar la mucosa vaginal y alterar el pH, favoreciendo el crecimiento de bacterias perjudiciales.
4. Cambios hormonales
Aunque no es un factor de transmisión directo, los cambios hormonales, como los que ocurren durante el embarazo o el uso de ciertos anticonceptivos hormonales, pueden afectar el equilibrio bacteriano vaginal, aumentando la predisposición a la VB.
¿Se puede transmitir a los hombres?
La vaginosis bacteriana no suele afectar a los hombres, ya que no presentan los mismos ambientes bacterianos que las mujeres en el área genital. Por esta razón, no se considera que los hombres puedan “portar” o transmitir directamente la infección. Sin embargo, los hombres pueden actuar como transmisores indirectos de bacterias que alteran el equilibrio vaginal, aunque el mecanismo exacto no está completamente claro.
Factores de riesgo
Existen varios factores que aumentan la probabilidad de desarrollar vaginosis bacteriana. Algunos de los más relevantes son:
- Nuevas parejas sexuales o múltiples parejas.
- Uso de duchas vaginales o productos vaginales perfumados.
- Sexo sin protección.
- Tabaquismo, que puede estar relacionado con la alteración del entorno bacteriano vaginal.
Complicaciones de la vaginosis bacteriana
Aunque la vaginosis bacteriana no suele ser peligrosa, puede tener complicaciones si no se trata, especialmente, en situaciones específicas:
- Mayor riesgo de ITS: Tener vaginosis bacteriana aumenta el riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual como clamidia, gonorrea, VIH y herpes genital, ya que la alteración del equilibrio bacteriano debilita las defensas naturales de la vagina.
- Complicaciones en el embarazo: Las embarazadas con vaginosis bacteriana tienen un mayor riesgo de sufrir parto prematuro, bajo peso al nacer y otras complicaciones.
- Enfermedad inflamatoria pélvica (EIP): Si no se trata, la VB puede aumentar el riesgo de desarrollar EIP, una infección grave de los órganos reproductores femeninos que puede causar infertilidad.
Prevención de la vaginosis bacteriana
Para prevenir la vaginosis bacteriana, es importante seguir buenas prácticas de higiene y cuidado personal. Algunas medidas clave son:
- Evitar las duchas vaginales: Dejar que la vagina se limpie naturalmente y evitar productos que puedan alterar el equilibrio bacteriano.
- Usar preservativos: El uso de preservativos puede ayudar a reducir el riesgo de alteraciones en la flora vaginal durante las relaciones sexuales.
- Practicar sexo seguro: Limitar el número de parejas sexuales y asegurarse de que los juguetes sexuales se limpien adecuadamente si se comparten.
- Higiene adecuada: Evitar el uso de productos perfumados o irritantes en la zona vaginal y lavar el área con agua tibia y un jabón suave.
La vaginosis bacteriana es una afección común que resulta de un desequilibrio en las bacterias vaginales. Aunque no se considera una infección de transmisión sexual, las actividades sexuales y otras prácticas como el uso de duchas vaginales pueden aumentar el riesgo de desarrollarla.
Si bien la mayoría de los casos de VB no son graves, es importante tratarlos para evitar complicaciones. La clave para prevenir la vaginosis bacteriana está en mantener un buen cuidado de la salud vaginal y evitar prácticas que alteren su equilibrio natural.