La epilepsia se puede controlar mediante una cirugía que puede alcanzar hasta el 80% de éxito, según la localización y evolución de la enfermedad.
Esta condición no solo afecta al paciente, sino también a su familia. Además, el desconocimiento de la mayoría de la población de que la epilepsia es una enfermedad cerebral, impide que gran parte de los pacientes reciban una atención adecuada en etapas iniciales, lo que puede complicar posteriormente su control, explica el Dr. Rodolfo Ondarza Rovira, neurocirujano del Hospital Angeles Pedregal.
Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan que en el mundo existen cerca de 40 millones de epilépticos; después de la cefalea (dolor de cabeza) es una de las enfermedades neurológicas de mayor trascendencia, cifra que aumenta considerablemente debido a que este padecimiento puede aparecer a cualquier edad, desde la infancia hasta la vejez.
Causas y síntomas
Las causas de la epilepsia son muy variables, entre las que se pueden mencionar: falta de oxígeno en el cerebro al momento de nacer, traumatismo craneoencefálico, infecciones y otras enfermedades como los tumores cerebrales y la neurocisticercosis. Aunque también se han identificado pacientes con epilepsia genética, afortunadamente son muy pocos los casos, menciona el especialista.
De igual manera, sus síntomas son muy diversos; estos se presentan mediante crisis inesperadas, las cuales son breves y duran algunos minutos o segundos. Las más llamativas incluyen convulsiones y pérdida de conocimiento, contractura de músculos de las extremidades y de la cara, seguidas de sacudidas rítmicas; o bien, pueden presentar alucinaciones visuales y auditivas, mareos y confusión mental, sin pérdida de conocimiento.
Se puede controlar
“Antes de comenzar cualquier tratamiento, es fundamental asegurarse que el paciente realmente padece epilepsia”, recomienda el doctor. Cerca del 15% de la población puede llegar a presentar algún tipo de crisis convulsiva en un momento de su vida, sin que esto necesariamente se trate de epilepsia. Estas crisis también pueden ser provocadas por fiebre, malformaciones congénitas, abusos de bebidas alcohólicas, exposición a sustancias tóxicas, reacciones adversas a fármacos o factores hereditarios, entre otros.
Para efectuar un diagnóstico es necesario realizar estudios especializados, como un encefalograma, resonancia magnética, mediciones de niveles séricos y tomografía, entre otros más. Si se confirma su padecimiento, el objetivo del tratamiento es mantener un buen control de la enfermedad, a fin de que el paciente pueda llevar una vida normal, para ello es necesario utilizar uno o varios medicamentos antiepilépticos, así como acudir a psicoterapias.
Para tener un mejor control de la epilepsia es importante llevar una dieta balanceada, hacer ejercicio regularmente, tomar el medicamento recetado y seguir las instrucciones específicas, mantener un ciclo normal de sueño, un equilibrio emocional y una evaluación médica periódica. No obstante, “existen pacientes que no responden a este tipo tratamiento, y son éstos los candidatos a cirugía”, comenta.
Cirugía, una opción
El paciente epiléptico candidato a cirugía es aquel que no ha tenido mejoría mediante tratamiento con medicamentos, pese a las dosis adecuadas y cuyas crisis lo incapacitan en su vida cotidiana. El tratamiento farmacológico debe llevarse a cabo por lo menos durante dos años, antes de dictaminar su ineficacia en todos los casos.
Es importante mencionar que para obtener un buen estudio, diagnóstico y tratamiento epiléptico, el paciente debe acudir a un centro hospitalario que cuente con tecnología de vanguardia y un equipo multidisciplinario que incluya: neurólogos, psiquiatras, psicoterapistas, trabajadores sociales y especialistas en problemas de lenguaje y memoria, entre otros.
En la actualidad la tecnología ha tenido un efecto extraordinario en el diagnóstico de esta enfermedad; por ejemplo: con la Resonancia Magnética y la Tomografía por Emisión de Positrones (PET), equipos con los que se cuenta en Hospitales Angeles, se pueden localizar con mayor precisión las áreas afectadas (foco) y las zonas críticas, lo que disminuye considerablemente los riesgos quirúrgicos.
La cirugía de epilepsia es delicada, por lo que debe ser realizada por especialistas en este tipo de intervenciones, y que conozcan las técnicas para proteger las áreas cerebrales críticas, es decir, las correspondientes al habla, la memoria, las funciones locomotoras y las aledañas.
En el 70% de los casos el foco de la epilepsia se localiza en el lóbulo temporal, que se considera un área no crítica, por lo que en un 80% de los casos se logra controlar la enfermedad. Si el paciente evoluciona favorablemente, al día siguiente puede empezar a caminar, en una semana se va a su casa y en un mes puede realizar sus actividades normales, explica el Dr. Rodolfo Ondarza.
Mejor calidad de vida
“Mediante la cirugía, a muchos de nuestros pacientes les cambia la vida, los resultados son satisfactorios. Se puede controlar la enfermedad y en un alto porcentaje de los casos desaparecen las crisis por completo”. No obstante, las personas que no son candidatas a cirugía pueden optar por otras opciones de tratamiento, lo importante es que reciban ayuda para manejar su enfermedad lo mejor y antes posible.