La miopía es un defecto refractivo. Para percibir nuestro entorno con claridad, es esencial que la luz se concentre en un punto específico dentro del ojo, sobre la retina.
Sin embargo, cuando esta condición no se cumple y la luz se enfoca antes de alcanzar dicho punto, la imagen aparece borrosa. Por ello, las personas con miopía enfrentan dificultades para ver objetos distantes, pero logran ver con claridad aquellos que están cercanos.
Factores que causan miopía
Existen varios tipos de trastornos refractivos, entre los que se incluyen la miopía, el astigmatismo y la hipermetropía. De estos, la miopía es la que más afecta la capacidad visual y también es la más común.
Podemos dividir la miopía en dos causas principales: en primer lugar, cuando el globo ocular es más grande de lo normal, lo que provoca que la luz se enfoque antes de llegar a la retina. En segundo lugar, cuando la córnea, que es el lente principal del ojo, tiene una curvatura excesiva, lo que también hace que la luz se enfoque antes de alcanzar la retina.
De hecho, actualmente estamos viendo casos de miopías asociadas al uso de dispositivos electrónicos en niños. Cuanto más tiempo pasan mirando objetos cercanos, como pantallas, más propensos están a desarrollar miopía, ya que sus ojos se adaptan a la visión cercana y pierden capacidad para enfocar objetos distantes.
¿Qué medidas podemos tomar para evitarla?
Desde la infancia, es importante evitar que los niños pasen mucho tiempo utilizando dispositivos a distancias muy cercanas, sobre todo si existen antecedentes familiares de problemas de visión.
Además se aconseja llevar a cabo exámenes oftalmológicos de manera regular, con revisiones anuales, y realizar un examen ocular exhaustivo antes de que los niños comiencen su etapa escolar. Este enfoque es fundamental para detectar la miopía en sus etapas iniciales, dado que esta condición puede tener un impacto significativo en el desarrollo de habilidades de lectura y aprendizaje en los niños.
¿Cuál es el tratamiento?
En casos de miopías leves a moderadas, el uso de anteojos puede ser suficiente. Sin embargo, si el paciente no está satisfecho con su calidad visual y desea explorar otras opciones, existen alternativas como la cirugía láser.
En nuestro hospital, ofrecemos dos modalidades de tratamiento: el uso de láser de femtosegundos para realizar una cirugía destinada a modificar la forma de la córnea y así lograr un enfoque preciso de la luz. Este procedimiento se efectúa completamente con láser y es relativamente rápido.
Además, recientemente, hemos incorporado la tecnología SMILE, que nos permite extraer un lentículo de la córnea, específicamente del estroma corneal, a través de una incisión de solo 2 milímetros.
En casos de graduaciones muy altas, como aquellos que superan las ocho dioptrías de miopía o cuando las características de la córnea excluyen la cirugía láser, existen otras alternativas disponibles, como el implante de lentes intraoculares de cámara posterior, también conocidos como lentes fáquicos. Estos lentes son personalizados según la graduación, forma y tamaño del ojo del paciente, y se implantan en el interior del ojo.
Estos pueden permanecer allí durante muchos años, hasta que el paciente necesite una cirugía de cataratas, por ejemplo. Mediante este procedimiento, podemos corregir graduaciones de hasta 15 dioptrías. La versatilidad de esta técnica nos permite abordar una amplia gama de ametropías, lo que la convierte en una excelente opción para pacientes con problemas de visión muy pronunciados que ya no toleran el uso de lentes de contacto o cuyas gafas son demasiado gruesas. Esta intervención puede mejorar significativamente la calidad de vida de estos pacientes.
¿Existe algún riesgo si la miopía no se trata?
Para pacientes con graduaciones superiores a tres dioptrías de miopía, como mencionamos anteriormente, es importante tener en cuenta que el tamaño del ojo puede ser mayor. Este aumento en el tamaño ocular puede llevar a un estiramiento de la retina, lo que incrementa el riesgo de desarrollar lesiones que predisponen al desprendimiento de retina. Esta condición puede requerir intervención quirúrgica o manejarse sin cirugía, dependiendo de la gravedad y la progresión de la lesión.
Es importante que todas las personas con más de tres dioptrías de miopía se realicen una revisión exhaustiva del fondo de ojo con dilatación. Esta evaluación es fundamental para detectar posibles lesiones que puedan predisponer al desprendimiento de retina. La detección temprana es esencial, ya que el desprendimiento de retina puede provocar pérdida de visión irreversible. Es vital prevenirlo, dado que el tratamiento es generalmente sencillo y tiene un pronóstico favorable.
¿Con qué frecuencia debemos acudir al médico para revisión?
En el caso de los niños, se recomienda realizar exámenes oculares durante la etapa escolar, al iniciar la escuela. Si se determina que su salud ocular es óptima, es posible que no sea necesario realizar seguimientos tan frecuentes. Sin embargo, si se identifica alguna alteración refractiva, se aconseja realizar un examen anual.
Por otro lado, a partir de los 55 años de edad, se recomienda realizar exámenes oculares anuales, no solo para detectar alteraciones refractivas, sino también para evaluar otras afecciones oculares relacionadas con la edad, como la degeneración macular, el glaucoma y las cataratas. Estas condiciones pueden provocar pérdida de visión, pero muchas de ellas son tratables. Por lo tanto, es importante someterse a exámenes regulares para detectar y tratar cualquier problema ocular a tiempo.
En el Hospital Angeles Pedregal contamos con tecnología de vanguardia y un equipo altamente capacitado. Hemos invertido considerablemente en equipos de última generación para garantizar la mejor atención oftalmológica. Ya sea que estén interesados en tratamientos para miopía, astigmatismo u otras afecciones oculares, o simplemente deseen una revisión exhaustiva de sus ojos. Estamos aquí para brindarles la atención y el cuidado ocular que merecen.
Dr. Enrique de la Torre
Oftalmología
Hospital Angeles Pedregal
Cédula: 5446335