9 de cada 10 adultos que padecen esta enfermedad son mujeres.
El lupus afecta principalmente a las mujeres en edad fértil (de 15 a 45 años de edad), pero los hombres que la padecen pueden llegar a tener síntomas más graves como problemas en la sangre, los riñones, el corazón o los pulmones.
Los síntomas de esta enfermedad varían en cada paciente y pueden ser desde muy leves y relativamente fáciles de controlar, hasta muy severos que incluso pueden causar la muerte. Algunos de ellos son:
La afección más agresiva del lupus es el daño renal, por lo que se debe establecer un diagnóstico de forma oportuna, ya que el tratamiento preciso puede marcar una diferencia fundamental en la evolución de esta enfermedad.
Es importante mencionar que el diagnóstico del lupus es un proceso complejo y que se requiere la evaluación de un médico especializado, como un reumatólogo. Su diagnóstico se basa en una combinación de síntomas, hallazgos clínicos y pruebas de laboratorio.
Asimismo, la biopsia renal es un procedimiento de gran importancia y utilidad ante cualquier sospecha de lupus, pues la presencia de proteínas abundantes en orina (síndrome nefrótico) puede originar edema o hinchazón del cuerpo como único síntoma.
Actualmente el lupus no tiene cura, pero un tratamiento adecuado puede ayudar a disminuir los síntomas y detener el daño que puede producir en los órganos afectados. El médico deberá elaborar un plan de tratamiento personalizado, ya que depende de varios factores como la edad, estilo de vida, síntomas y estado de salud.
Existen diversos medicamentos para tratar esta enfermedad, los más comunes son:
La respuesta al tratamiento suele ser buena cuando este se inicia de manera oportuna. Por ello, si sospechas que podrías tener lupus, es fundamental buscar atención médica para un diagnóstico y tratamiento precisos.