El infarto de miocardio o ataque cardiaco puede tener una repercusión física y psicológica muy importante. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el 80 % de las muertes por trastornos cardiovasculares son evitables si se controlan las causas desencadenantes: colesterol, hipertensión y sedentarismo, entre otros factores.
Después de un ataque al corazón se puede generar un abanico de sensaciones, como incertidumbre, negación, miedo a la muerte, tristeza, enfado, estrés o, por el contrario, de entereza para afrontar la enfermedad de manera activa mediante la búsqueda de soluciones. No obstante, en la mayoría de los casos, con el cuidado adecuado y cambios en el estilo de vida, se puede llevar una vida plena y saludable.
Sin duda, sobrevivir a un infarto cardiaco nos cambia, en menor o mayor medida, todo el entorno y, en consecuencia, nuestra calidad de vida, por lo que se tiene que realizar una serie de modificaciones de nuestro día a día en favor de nuestra salud cardiovascular:
- Seguimiento médico: Es importante seguir las recomendaciones de tu equipo médico: tomar medicamentos según las indicaciones, acudir a las citas de seguimiento y someterse regularmente a estudios médicos para evaluar tu corazón.
- Cambios en la alimentación: Es esencial llevar una dieta saludable, lo que implica reducir la ingesta de grasas saturadas, colesterol y sodio. Preferir el consumo de frutas, verduras y proteínas magras.
- Control de peso: Un peso saludable es fundamental para cuidar nuestro corazón. Es necesario buscar el apoyo de un profesional de la salud para lograrlo de manera paulatina y segura.
- Ejercicio regular: Platica con tu médico sobre un programa de ejercicio adecuado, que pueda incluir: caminar, andar en bicicleta u otras actividades. Es importante comenzar poco a poco.
- No fumar: Es una de las mejores cosas que puedes hacer para cuidar tu salud cardiovascular. Busca el apoyo profesional para lograrlo.
- Manejo del estrés: Esta situación de presión y sobrecarga puede desencadenar problemas serios a la salud, por lo que es importante evitarla. Busca apoyo profesional para conocer medidas eficaces para controlar el estrés.
- Rehabilitación cardiaca: Muchos pacientes tienen beneficios con estos programas supervisados por especialistas en ejercicio, educación y apoyo, y diseñado para ayudar a recuperarse después de un infarto.
Asimismo es crucial conocer sobre tu condición y cómo manejarla. Únete a un grupo de apoyo o busca orientación profesional que pueda ayudarte con tus preocupaciones emocionales y psicológicas que puedan surgir.
El infarto es un evento muy estresante. Durante los primeros meses posteriores al episodio cardiaco los pacientes pueden sufrir trastornos psicológicos. Las emociones negativas pueden provocar alteraciones cognitivas, fisiológicas y de conducta que, a la vez, favorecen el desarrollo de patologías cardiovasculares: el estrés, la falta de apoyo psicosocial, la ansiedad, la ira y la depresión pueden ser factores en el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares.
Hay que considerar que, de forma paralela a la enfermedad clínica como tal, un infarto de miocardio puede provocar cambios en la familia, en el hogar, con el círculo de amistades, en el entorno laboral e, incluso, y no menos importante, en la esfera sexual.
Es importante recordar que cada persona es única, y las necesidades y el camino hacia la recuperación pueden variar. Trabajar en estrecha colaboración con tu equipo de atención médica y hacer cambios en el estilo de vida te pueden ayudar a tener una vida activa y saludable después de un infarto al corazón.