La gripe, también conocida como influenza, es una infección aguda que se transmite a través de gotitas de saliva que una persona infectada expulsa al toser o estornudar.
La gripe normalmente se presenta en la temporada invernal, entre los meses de diciembre y marzo: Esta infección si no se trata adecuadamente puede llegar a ser una enfermedad grave, especialmente para personas mayores de 65 años, recién nacidos y quienes padecen enfermedades crónicas.
Síntomas
Los síntomas suelen aparecer de forma repentina, los más habituales son:
- Fiebre
- Tos
- Dolor de garganta
- Dolor muscular
- Malestar general
- Dolor de cabeza
- Fatiga
- Vómitos y diarrea (más común en niños)
Es importante que si se presenta dificultad para respirar, coloración azulada en piel o labios, vómitos persistentes o algún signo de deshidratación, se busque atención médica de inmediato.
¿Cómo se trata la gripe?
El tratamiento depende del tipo de influenza. La mayoría de los contagios se deben al virus de la influenza tipo A, mientras que el tipo B produce epidemias menos extensas. Por otro lado, el virus de la influenza tipo C es poco común y no es tan peligrosa como las dos anteriores.
El tratamiento consiste en tomar medicamentos para disminuir la fiebre, los dolores musculares y el dolor de cabeza, los cuales deben ser recetados por el médico; además de reposo e ingerir abundantes líquidos. En algunos casos se pueden recetar medicamentos antivirales que alivian los síntomas y acortan el tiempo de la enfermedad, sobre todo en pacientes que están en riesgo de desarrollar alguna complicación.
Prevención
La mejor forma de prevenir la gripe es mediante la vacunación, especialmente en niños, adultos mayores y pacientes con enfermedades crónicas o cardiacas. Asimismo, es importante mantener buenos hábitos de higiene como lavarse la manos frecuentemente y cubrirse a la hora de toser o estornudar. Esto ayudará a detener la propagación del virus.
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