En la maternidad tardía es frecuente que aumente la probabilidad de presentar problemas de hipertensión, diabetes y anemia ferropénica, por lo que es necesario vigilar toda la gestación.
Los problemas de un embarazo tardío no solo pueden afectar a la madre. Se debe valorar la incidencia en la que el bebé nazca con defectos congénitos como el Síndrome de Down. Cuando la madre supera los 35 años se recomienda un diagnóstico prenatal, con la finalidad de identificar posibles anomalías congénitas.
La amniocentesis es la prueba más común y normalmente se realiza entre las semanas 15 y 20 del embarazo. Consiste en una punción abdominal para extraer el líquido amniótico que rodea el feto y determinar las posibles alteraciones cromosómicas.
Recomendaciones
- Programa una cita con el ginecólogo previo a la concepción para conocer tu estado de salud.
- Toma ácido fólico (puede ayudar a prevenir malformaciones o pérdidas tempranas) por lo menos dos meses antes de la concepción.
- Sigue una dieta saludable.
- Realiza actividad física de manera regular.
- Evita las sustancias como el alcohol, el tabaco o las drogas.
- Realízate los exámenes hormonales y de permeabilidad tubárica para asegurar que no exista obstrucción de las trompas de Falopio.
Control prenatal
Cada mes, es importante que acudas a una valoración médica. Además debes cuidar y vigilar tu peso para que no se presenten problemas como la hipertensión. Algunas pruebas que debe realizarse son:
- Biometría hemática
- Química sanguínea
- Examen general de orina
- Curva de tolerancia a la glucosa
- Diagnóstico prenatal para detectar alteraciones cromosómicas
Parto por cesárea
Los tejidos de las mujeres de 35 años o más son menos flexibles y se alarga el periodo de dilatación, lo que produce una expulsión más lenta que, a su vez, puede provocar sufrimiento para el feto, por lo que es conveniente una cesárea.