Un diagnóstico preciso permite el tratamiento más adecuado.
Algunos factores de riesgo que aumentan las probabilidades de desarrollar artritis son la edad avanzada, si la persona tiene sobrepeso u obesidad, antecedentes familiares con esta enfermedad, el consumo de tabaco, incluso, algunos virus, bacterias u hongos la pueden provocar.
La artritis involucra el desgaste del cartílago, que es lo que ayuda a proteger las articulaciones, por lo que los deportistas también corren riesgo debido al uso excesivo de la articulación o a causa de alguna lesión.
En el caso de la artritis reumatoide y la osteoartritis son más frecuentes en mujeres; mientras que la gota es más común en hombres.
Los principales tipos son:
Los síntomas pueden variar dependiendo el tipo de artritis. Asimismo, pueden manifestarse de manera gradual o repentina. Los más frecuentes son:
El médico realizará un examen físico para revisar la articulación y poder detectar inflamación, enrojecimiento o temperatura, y observará la capacidad de movimiento del paciente.
También puede solicitar pruebas de laboratorio como análisis de sangre, orina y líquido sinovial (líquido que se encuentra en las articulaciones). Las pruebas de diagnóstico por imagen, como la radiografía, la tomografía computarizada, la resonancia magnética y la ecografía, pueden detectar si existe algún problema dentro de la articulación que esté causando los síntomas.
Al no existir una cura para la artritis, el tratamiento se basa en disminuir los síntomas, mejorar la función de la articulación y prevenir un daño articular mayor.
Por otro lado, el paciente debe realizar cambios en el estilo de vida como realizar ejercicio de bajo impacto (caminar, nadar, andar en bicicleta o practicar yoga), mantener una dieta equilibrada que incluya frutas y verduras, granos integrales, carnes magras, pescados, legumbres y grasas saludables, dormir de 8 a 10 horas diarias, evitar fumar y el consumo excesivo de alcohol. El estrés también puede ocasionar daño articular, por lo que practicar ejercicios de meditación ayuda disminuir el dolor e inflamación de las articulaciones.
La fisioterapia puede coadyuvar al tratamiento de algunos tipos de artritis, ya que mejoran el rango de movimiento y fortalecen los músculos que rodean las articulaciones.