El apéndice es un saco pequeño que sobresale del intestino grueso. Se desconoce su función específica, ya que aunque es considerado un órgano inmunológico útil, no es esencial.
Cuando el apéndice se obstruye (generalmente por materia fecal) se desencadena un proceso en el que se inflama y se infecta, a esto se le llama apendicitis.
Si la inflamación persiste y no es tratada adecuadamente, el apéndice puede llegar a perforarse. La perforación esparce el contenido intestinal cargado de bacterias por el abdomen provocando una peritonitis, que puede conducir a una infección con riesgo de muerte. En la mayoría de los casos se recurre a la cirugía para extirparlo.
Síntomas
Pocas personas con apendicitis aguda presentan todos los síntomas:
- Dolor abdominal intenso que comienza en la parte superior del abdomen y después se traslada a la parte inferior derecha
- Náuseas
- Vómito
- Pérdida de apetito
- Estreñimiento
- Fiebre
Es común que al utilizar algún analgésico para aliviar el dolor se escondan temporalmente los síntomas de la apendicitis, retrasando el diagnóstico. Un análisis de sangre es de utilidad, ya que puede determinar un incremento de los glóbulos blancos en respuesta a la infección.
Tratamiento
El tratamiento de una apendicitis es 100% quirúrgico para evitar la perforación del apéndice, la formación de abscesos o una peritonitis. La cirugía se hace a través de una incisión en el abdomen inferior o a través de cirugía laparoscópica.
La recuperación es relativamente rápida y el paciente puede dejar el hospital en 2 o 3 días, y permanecer en reposo unos días más en casa hasta recuperarse totalmente.