“Esta unidad hospitalaria se caracteriza por el uso de avanzada tecnología diseñada para brindar una atención personalizada a cada uno de nuestros pequeños pacientes”, menciona el doctor Iván Barrera Martínez, pediatra neonatólogo intensivista y Jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCIN) del Hospital Angeles Universidad.
Y agrega: “La mayoría de los bebés que ingresan a esta unidad son prematuros, es decir, nacen antes de las 37 semanas de embarazo, por lo que algunos de sus órganos no alcanzan a desarrollarse y requieren el uso de incubadoras y apoyo respiratorio. Entre más pequeños nacen, mayores cuidados intensivos pueden requerir”.
También atienden a pacientes que no nacen prematuros, pero se vuelven críticos por algún padecimiento, como del corazón o debido a que una parte de su pulmón o intestino no se formó. Asimismo, pueden ingresar pequeños que estaban totalmente sanos pero que en el momento del parto se presenta algún problema, como falta de oxigenación. Estos bebés son los más preocupantes, ya que ni los papás ni los médicos están preparados y su ingreso a la UCIN se convierte en una emergencia.
Por lo anterior, es importante que los papás acudan a hospitales que cuenten con toda la infraestructura médica y tecnológica para atender a estos pacientes, ya que la primera hora es fundamental para brindarles atención y, de esta manera, evitar consecuencias en su desarrollo. Por ello, en este hospital tenemos ubicada la UCIN a un lado de la sala de partos para que, en caso necesario, el traslado sea inmediato. Además, contamos con neonatólogos especializados en bebés críticos las 24 horas del día.
Innovación tecnológica
Esta área, con pantallas encendidas, puertas con sensores, equipos complejos y pitidos constantes, alberga la mejor tecnología especializada para el cuidado de nuestros pacientes. “Contamos con innovadoras incubadoras que permiten controlar la humedad y temperatura, simulando que el bebé se encuentra en el útero de la madre, con la finalidad de que no pierda peso o se deshidrate; además de monitores de última generación que nos permiten observar todos sus signos vitales desde pantallas instaladas en el área o mediante nuestros dispositivos electrónicos (tabletas o celulares)”
Además, comenta el especialista, “tenemos ventiladores de primera generación diseñados especialmente para recién nacidos, que permiten una ventilación gentil que protege los pulmones del bebé”.
En la UCIN también contamos con un innovador sistema para cuidar la audición de los pequeños, el cual emite una alarma de advertencia si se detectan decibeles altos que puedan generar una lesión auditiva en el bebé.
Uno de los beneficios más importantes es que toda esta tecnología nos permite brindar un tratamiento personalizado a cada uno de nuestros pacientes y que toda la información registrada se descarga cada minuto en el expediente electrónico, lo que nos permite a los médicos conocer todos los detalles del tratamiento y estado de salud de los pequeños.
Esmerada atención
El tiempo que deben permanecer los recién nacidos en la UCIN dependerá de su estado de salud. Algunos pequeños pueden estar solo unas horas o días. Mientras que otros pueden requerir semanas o meses.
Debido a que es una área de acceso restringida solo tienen acceso los papás del paciente, siempre cuidando las medidas de seguridad e higiene (lavado de manos, empleo de batas y cubrebocas, etc.). Y con la finalidad de no romper el vínculo establecido entre mamá y bebé, ellas pueden entrar cada determinado tiempo a alimentarlo, siempre con el apoyo de nuestros especialistas.
Asimismo, debido a la complejidad en la atención de nuestros pacientes se requiere un manejo multidisciplinario, por lo que contamos con diversas especialidades médicas, entre pediatras, neurólogos, nutriólogos, gastroenterólogos, cirujanos, neurólogos, cardiólogos, entre otros, todos enfocados especialmente en la neonatología y cuidados intensivos neonatales. Además de brindar una atención integral médica y de enfermería de forma permanente y constante.
En ocasiones los papás piensan que todos los hospitales cuentan con lo necesario para brindar cuidados intensivos neonatales adecuados, lo que es un error. Es importante destacar que acudir a un hospital con una unidad de cuidados intensivos con toda la infraestructura, tecnología y médicos permite a los papás disfrutar de un embarazo más seguro.
A casa
“Cuando el paciente se encuentra a días de irse a casa, permitimos que los papás estén todo el día con su bebé para que lo bañen, cambien y alimenten, todo con una estricta supervisión de nuestro equipo médico, es decir, los adiestramos para que lo puedan realizar solos en casa”, menciona el doctor Barrera.
Existen cinco puntos principales para establecer que un bebé ya se puede ir a casa:
- Que ya no necesite oxígeno o, si lo requiere, sea menos del 30% y se le pueda administrar en casa.
- Debe pesar más de 2 kilos.
- Que el mayor porcentaje de su alimentación lo realice por succión y que la toma sea al menos de 30 minutos (pecho o mamila)
- La mamá debe estar entrenada en manejar al bebé, es importante que se sienta segura,.
- Que sus estudios y enfermedades se encuentren totalmente controladas para evitar algún riesgo.
Atención humanizada
“Por supuesto, disponer de toda esta tecnología facilita nuestro trabajo y nos permite brindar un servicio de excelencia, pero eso no significa que olvidemos nuestro lado humano… la tecnología no quita el humanismo. En la mayoría de los casos nos convertimos en parte de la familia; juntos vivimos momentos complicados y felices, sentimos su dolor y alegría, pero sin perder nunca nuestra objetividad médica. Siempre tenemos que sentir pasión por lo que hacemos, tener sentimientos no quiere decir que seamos malos médicos; al contrario, nos hace mejores”, advierte.
La voz del neonatólogo es otra cuando recuerda el momento que un recién nacido se va a casa. “La verdad es un proceso cansado, angustiante y difícil, que requiere mucho sacrificio profesional, familiar y personal; sin embargo, cuando veo que un bebé se va a casa siento que todo ha valido la pena. Ver sonreír a un niño es mi mayor satisfacción, es lo que me hace levantarme todos los días para venir a trabajar”, concluye.