La bronquitis es una inflamación de los bronquios, que son las vías respiratorias principales que llevan el aire a los pulmones. Puede ser aguda o crónica y generalmente se caracteriza por tos, dificultad para respirar y producción de esputo (flema).
La causa más común de la bronquitis es una infección viral, aunque también puede intervenir otros factores, tales como:
- Infecciones virales: La mayoría de los casos de bronquitis aguda son causados por infecciones virales, como el virus de la gripe o el virus del resfriado común. Estas infecciones pueden irritar los bronquios y desencadenar la inflamación.
- Infecciones bacterianas: Aunque menos comunes, la bronquitis aguda puede ser causada por bacterias, como la Bordetella pertussis (causante de la tos ferina) o la Mycoplasma pneumoniae.
- Exposición a irritantes: La exposición prolongada a irritantes como el humo del tabaco, la contaminación del aire, el polvo o los productos químicos puede aumentar el riesgo de desarrollar bronquitis crónica. Esto es especialmente cierto en fumadores crónicos.
Síntomas de la bronquitis
- Tos persistente, que puede producir esputo (mucosidad) espeso y amarillo o verde
- Dificultad para respirar
- Fatiga
- Dolor en el pecho
- Fiebre (en casos de infecciones bacterianas)
Tratamiento de la bronquitis
El tratamiento de la bronquitis depende de su causa y duración:
- Bronquitis aguda: En la mayoría de los casos, es causada por virus y suele mejorar por sí sola en unas pocas semanas. El tratamiento se centra en aliviar los síntomas y puede incluir:
- Descanso.
- Consumo de líquidos para mantenerse hidratado.
- Analgésicos o antipiréticos de venta libre para aliviar el dolor y la fiebre.
Uso de un humidificador para aliviar la tos y la congestión. Evitar la exposición a irritantes como el humo del tabaco.
- Bronquitis crónica: Si la bronquitis es crónica y relacionada con la exposición a irritantes, el tratamiento se basa en evitar o reducir esa exposición. En el caso de los fumadores, dejar el tabaco es esencial. En algunos casos, los medicamentos inhalados, como los broncodilatadores o los corticosteroides, pueden ayudar a controlar los síntomas.
En cualquier caso, es importante consultar a un especialista, sobre todo si presentas fiebre alta, dificultad respiratoria severa o si los síntomas persisten por más de unas semanas.