Herpes labial: Causas y características

El herpes labial es una infección común causada por el virus del herpes simple, que se manifiesta en forma de ampollas dolorosas o llagas alrededor de los labios y la boca. 

Este virus es altamente contagioso y permanece en el cuerpo una vez que se contrae, lo que puede provocar brotes recurrentes en ciertas circunstancias.

¿Qué es el herpes labial?

El herpes labial es una manifestación de la infección por el virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1), aunque en algunos casos también puede ser causado por el virus del herpes simple tipo 2 (VHS-2), más comúnmente asociado con el herpes genital. El VHS-1 se transmite fácilmente a través del contacto directo con las lesiones, la saliva o las superficies contaminadas, y la mayoría de las personas están expuestas al virus en algún momento de sus vidas, generalmente en la infancia o adolescencia.

Una vez que una persona está infectada, el virus permanece latente en los nervios faciales y puede reactivarse en momentos de estrés o debilitamiento del sistema inmunológico, provocando brotes recurrentes.

Características del herpes labial

Las lesiones de herpes labial suelen seguir un ciclo que incluye varias fases:

  1. Hormigueo o picazón: Antes de que aparezcan las ampollas, muchas personas sienten una sensación de hormigueo, picazón o ardor en el área afectada. Esta fase puede durar de unas pocas horas a uno o dos días y es el primer signo de un brote inminente.
  2. Aparición de ampollas: Después del hormigueo, pequeñas ampollas llenas de líquido comienzan a formarse en los bordes de los labios o en el área cercana a la boca. Estas ampollas son dolorosas y a menudo están agrupadas.
  3. Ruptura y formación de úlceras: Las ampollas se rompen, liberando el líquido que contienen, y forman llagas abiertas o úlceras. Esta es la fase más dolorosa y contagiosa del brote.
  4. Costra y cicatrización: Después de unos días, las llagas comienzan a secarse y se forman costras. La curación completa puede tardar de 7 a 10 días, y las costras suelen caerse por sí solas.

El herpes labial es altamente contagioso desde el momento en que aparecen los primeros síntomas hasta que las llagas han cicatrizado por completo.

Causas del herpes labial

La principal causa del herpes labial es la infección por el virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1), aunque el VHS-2 también puede estar implicado en algunos casos. Una vez que una persona contrae el virus, este se establece en el cuerpo de manera indefinida. El virus puede activarse nuevamente en cualquier momento, aunque no siempre provoca síntomas visibles. 

Factores que pueden desencadenar un brote de herpes labial:

  1. Estrés físico o emocional: El estrés afecta el sistema inmunológico, lo que puede desencadenar la reactivación del virus y provocar un brote de herpes labial.
  2. Enfermedades o fiebre: Resfriados, gripe o cualquier infección que debilite el sistema inmunológico puede desencadenar un brote. Por ello, el herpes labial también se conoce coloquialmente como “fiebre labial”.
  3. Exposición al sol: La exposición prolongada a los rayos ultravioleta (UV) puede dañar la piel y reactivar el virus, provocando lesiones en los labios.
  4. Cambios hormonales: Las fluctuaciones hormonales, como las que ocurren durante el ciclo menstrual, el embarazo o el uso de anticonceptivos, pueden aumentar el riesgo de brotes.
  5. Fatiga o falta de sueño: El agotamiento físico o la falta de descanso adecuado pueden debilitar el sistema inmunológico, facilitando la aparición de un brote.
  6. Lesiones en los labios: Un corte, raspadura o incluso procedimientos dentales pueden desencadenar un brote al causar irritación o trauma en el área donde el virus está latente.

Transmisión del virus

El herpes labial es muy contagioso y se puede transmitir a través de:

  • Contacto directo con una lesión activa de herpes labial, como besar a alguien con un brote.
  • Compartir utensilios, vasos, toallas o bálsamos labiales con una persona infectada.
  • Contacto con saliva infectada a través de besos o relaciones sexuales orales.

Es importante tener en cuenta que el virus puede transmitirse incluso cuando no hay signos visibles de un brote, aunque el riesgo es mayor durante la fase activa de las ampollas.

Tratamiento del herpes labial

El herpes labial generalmente se cura por sí solo en un plazo de 7 a 10 días, pero existen tratamientos que pueden acelerar la curación, reducir los síntomas y prevenir brotes futuros. Aunque no existe una cura definitiva para el virus del herpes simple, las siguientes opciones de tratamiento pueden ser útiles:

Tratamientos tópicos

  • Antivirales en crema: Las cremas pueden reducir la duración de los síntomas si se aplican en las primeras etapas del brote (en la fase de hormigueo).
  • Analgésicos tópicos: Productos que contienen lidocaína o benzocaína pueden aliviar el dolor y la incomodidad.

Medicamentos antivirales orales

  • En casos más graves o recurrentes, los médicos pueden recetar medicamentos antivirales para acortar la duración del brote y reducir su gravedad.
  • Estos antivirales también pueden tomarse de manera preventiva en personas que experimentan brotes frecuentes, reduciendo la cantidad y severidad de los episodios.

Prevención del herpes labial

Aunque no es posible eliminar el virus del cuerpo, se pueden tomar medidas para reducir la frecuencia de los brotes y prevenir su propagación:

  • Evitar el contacto directo con las lesiones: No besar ni compartir objetos personales (como toallas o vasos) con una persona que tenga un brote activo.
  • Protegerse del sol: Usar protector solar o bálsamos labiales con filtro UV puede ayudar a prevenir brotes causados por la exposición solar.
  • Mantener un sistema inmunológico fuerte: Reducir el estrés, descansar adecuadamente y seguir una dieta balanceada puede ayudar a prevenir la reactivación del virus.
  • Evitar desencadenantes conocidos: Si ciertos factores como la exposición solar o el estrés desencadenan brotes en una persona, es importante minimizarlos tanto como sea posible.

El herpes labial es una condición común causada por el virus del herpes simple, que se manifiesta en forma de ampollas dolorosas alrededor de los labios. Aunque no existe una cura definitiva para el virus, los brotes pueden controlarse con tratamientos antivirales y medidas preventivas. Identificar los desencadenantes y cuidarse adecuadamente puede reducir la frecuencia y gravedad de los brotes, además de prevenir la propagación a otras personas.

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