Un parto psicoprofiláctico es el nacimiento que se presenta de manera espontánea, después de que la mujer y su pareja han recibido una preparación física y emocional para tener un parto sin anestesia, ni medicamentos y sin intervenciones quirúrgicas, es decir, de manera natural pero con una preparación de por medio.
Para un parto psicoprofiláctico, la madre debe prepararse a partir del cuarto mes de embarazoy es necesario que esté informada de lo que ocurre durante su embarazo, del desarrollo de su bebé durante el proceso del parto y después del nacimiento. Todo esto se complementa con información en materia de salud reproductiva que ayudará a la mujer y a su pareja.
Es indispensable una preparación física y mental de los futuros padres. Esto se obtiene mediante el curso de parto psicoprofiláctico. Esta preparación es impartida por instructoras, educadoras perinatales y, en ocasiones, por ginecólogos o pediatras. Por lo regular incluye:
- Clases teórico prácticas una vez a la semana, con duración de 2 horas en promedio (aproximadamente diez clases).
- Conferencias impartidas por médicos especialistas en diversos temas cada quince días.
- Filosofía del parto basada en el método Lamaze (clases de parto y técnicas de respiración y relajación).
- Se emplea material audiovisual, películas, diagramas, etc. para demostrar la aplicación del método.
- Sesiones de pareja.
- Sesiones posparto ya con el bebé.
¿En qué casos se decide que la madre puede tener un parto psicoprofiláctico?
En estos casos se recomienda una estrecha comunicación de propósitos y objetivos entre la pareja para que después con ayuda de la instructora en psicoprofilaxis perinatal y del médico, determinen si las circunstancias son propicias para efectuarlo.
Se busca que la madre y el bebé vivan el parto de la manera más gentil y menos traumática física y emocionalmente.
¿De qué manera se puede realizar un parto psicoprofiláctico?
La forma tradicional sería recostada en una cama; sin embargo, debe estimularse para que se lleve a cabo en una silla, ya que la posición de estar acostada boca arriba es una posición negativa para el desarrollo del trabajo de parto porque tiene alteraciones que favorecen la baja de presión arterial, y si a esto se le suman los efectos del bloqueo epidural (anestesia más empleada durante el trabajo de parto), pueden originar que haya una disminución de la circulación útero-placentaria con la consecuente disminución de la oxigenación del bebé lo cual puede poner en riesgo su salud.
Riesgos
Son los mismos riesgos de un parto normal, por eso hay que tener una vigilancia constante para detectar cuando hay una variante o desviación de lo que se considera normal. De ser así, se debe abandonar el método del parto psicoprofiláctico para recurrir a la aplicación de una medida de tipo farmacológico y, si se requiere de alguna intervención, realizarla de inmediato.
Beneficios de un parto psicoprofiláctico
- Con las diversas técnicas se puede llegar a controlar el miedo al parto.
- Los ejercicios de relajación y respiración contribuyen a que no haya tensión y, por lo tanto, haya menos dolor al momento de parir.
- Aumenta los niveles de energía en la madre.
Las madres que vivieron un parto psicoprofiláctico difícilmente toleran estar más de 24 horas en el hospital, de inmediato desean estar en su casa porque se dan cuenta de que ya no requieren servicios de enfermería y no necesitan apoyo del cunero, puesto que son pacientes que han estado en estrecho contacto con su bebé desde que nació.
La mujer tiene el derecho de dar a luz de manera libre, ya sea por parto psicoprofiláctico o cualquier otro tipo. Sin embargo, es muy importante la educación durante el embarazo para que si se presentan otras alternativas, elijan la opción que más conveniente a sus necesidades.
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