La apendicitis es una enfermedad curable en la mayoría de los casos, pero que puede provocar problemas severos si el paciente no recibe atención médica oportunamente.
La apéndice es una porción localizada en la parte inicial del colon, a la altura de la cadera derecha; aunque se sabe que forma parte del aparato digestivo, se desconoce su función. Muchas teorías indican que tiene una labor linfática, hormonal o, incluso, neuromuscular. No obstante, la mayoría de científicos mencionan que su presencia es irrelevante y no va más allá de un vestigio de la evolución. La polémica continúa.
Aunque la apendicitis es más frecuente en personas que se encuentran alrededor de la tercera década de vida, las cifras indican que entre el 5 y 10% de los infantes pueden padecerla, sobre todo entre los 5 y 12 años.
Lo preocupante es que un alto índice de estos casos se complica debido a que reciben atención médica tardía, pues existe un desconocimiento general de que la apendicitis también afecta a los niños, aunado a que los síntomas fácilmente se pueden confundir con una infección intestinal.
Síntomas
Los síntomas comunes iniciales son:
- Dolor abdominal a la palpación
- Náuseas
- Vómitos
- Diarrea con descargas pequeñas y acuosas
La apendicitis se presenta cuando se obstruye la luz del apéndice por una semilla o material fecal solidificado, lo que ocasiona inflamación y problemas serios. La dieta no tiene mucho que ver con el riesgo de desarrollarla, ni tampoco el alto consumo de fibra para prevenirla.
Si el proceso continúa se puede producir una invasión bacteriana, gangrena de la pared, perforación, inflamación del peritoneo (peritonitis) y formación de absceso, por lo que es muy importante que el paciente reciba atención médica ante los primeros síntomas.
Diagnóstico y tratamiento
La apendicitis se puede confundir con la gastroenteritis originada por bacterias como Yersenia y Salmonella, infecciones de vías urinarias, pulmonar, neumonía y vulvovaginitis, debido a que todos estos padecimientos pueden producir dolor en el abdomen inferior derecho.
Debido a que los síntomas de la apendicitis son similares a los de otras condiciones médicas, generalmente es un reto diagnosticarla. Para confirmar o descartar un caso de apendicitis, el especialista realiza una exploración física para detectar signos de dolor o áreas sensibles a la palpación; además se efectúan exámenes de sangre y orina, así como rayos X del abdomen y pecho, o bien una tomografía computada.
El tratamiento consiste en remover el apéndice inflamado mediante una apendicectomía. Los cirujanos retiran el apéndice del paciente mediante una incisión tradicional en el abdomen o por método laparoscópico. Generalmente se requiere de 2 o 3 días de estadía en el hospital y permanecer en casa hasta una recuperación total.
Atención médica inmediata
Es importante recibir atención médica inmediata ante la sospecha de una apendicitis, ya que es una condición de urgencia que puede generar serias complicaciones.