Las secuelas de COVID pueden variar en gravedad y duración. Algunas personas experimentan síntomas persistentes después de haberlo padecido.
Algunas secuelas comunes del COVID son: fatiga persistente, dificultades respiratorias, dolor en las articulaciones y músculos, pérdida del gusto y del olfato, así como problemas cardíacos y neurológicos. Estas secuelas pueden manifestarse de diversas formas y variar en severidad según el individuo.
Las secuelas de la COVID-19 pueden variar en gravedad y duración. Las personas pueden experimentar una serie de efectos persistentes que se conocen como síndrome post-COVID o COVID prolongado. Estos efectos pueden variar ampliamente en su gravedad y duración, y pueden afectar diferentes sistemas del cuerpo.
Algunos de los síntomas y problemas comunes que las personas pueden experimentar después de recuperarse de COVID-19, son:
- Fatiga: Muchos pacientes reportan fatiga prolongada incluso después de recuperarse de la infección.
- Dificultad para respirar: Algunas personas pueden experimentar problemas respiratorios a largo plazo.
- Pérdida del gusto u olfato: La alteración del sentido del gusto y el olfato puede persistir.
- Dolores musculares y articulares: Estos síntomas pueden continuar durante meses.
- Dolores de cabeza y migrañas: Algunos pacientes experimentan cefaleas persistentes.
- Secuelas cardíacas y circulatorias: El virus puede afectar el sistema cardiovascular y la circulación sanguínea.
- Confusión y problemas cognitivos: Algunas personas experimentan dificultades de concentración y memoria.
- Problemas emocionales y psicológicos: Ansiedad, depresión y estrés postraumático debido a la experiencia de la enfermedad y sus consecuencias.
Es importante que las personas que experimentan síntomas persistentes después de COVID-19 busquen atención médica especializada para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.