Una patología que si no se trata a tiempo, puede desarrollar problemas de asma.
La rinitis es un trastorno común que puede deteriorar la calidad de vida del paciente y provocar una disminución en su rendimiento escolar o laboral. Si no se sigue el tratamiento adecuado se pueden desarrollar problemas de asma y póliposen la nariz, que causan la pérdida de olfato y requieren intervención quirúrgica.
En el caso de las embarazadas, su estado puede provocar la aparición de la enfermedad o su empeoramiento. Cuando se trata de niños, la mala respiración causada por la rinitis conlleva a malformaciones en el paladar.
Las dos formas principales de rinitis son:
Respecto a los síntomas, la rinitis puede provocar:
Estos síntomas pueden interferir en la calidad de vida del paciente, afectando su capacidad para concentrarse, dormir adecuadamente y desempeñarse en sus actividades diarias.
En la actualidad el número de casos detectados con rinitis es cada vez mayor debido al incremento de los enfermos alérgicos, sobre todo, entre los niños. La razón se debe al incremento de la contaminación ambiental, ya que, por ejemplo, los vehículos con motor diésel provocan que los pólenes sean más agresivos en primavera.
Otras causas de esta patología son el uso de descongestionantes que se adquieren sin receta médica (rinitis medicamentosa), una infección en los senos nasales u otra área (rinitis neutrofílica) o anormalidades que tienen su origen en una fractura de nariz o pequeños desvíos (rinitis estructural).
El diagnóstico de la rinitis implica una evaluación médica completa, que incluye:
Con base a los resultados, el médico puede determinar el tipo de rinitis (alérgica o no alérgica) y desarrollar un plan de tratamiento personalizado que puede incluir medicamentos, cambios en el estilo de vida y medidas para evitar desencadenantes. Es importante consultar a un médico para un diagnóstico y plan de tratamiento adecuado.