¿Qué hacer en caso de luxación?

Médico sosteniendo radiografía de paciente con luxación en el pie.

Una luxación es una lesión que consiste en la separación de las dos partes de una articulación. Se produce como consecuencia de la aplicación violenta de una fuerza física sobre un ligamento y puede ser total (luxación) o parcial (subluxación).

Las luxaciones suelen provocar dolores intensos e inflamación en las zonas afectadas. Las partes luxadas tienden también a deformarse y son muy difíciles de mover una vez que resultan afectadas. A diferencia de lo que ocurre con los esguinces, los huesos separados no regresan a la posición inicial.

Una luxación suele estar acompañada de:

  • Entumecimiento u hormigueo en la articulación.
  • Dolor intenso, especialmente si se intenta usar la articulación.
  • Limitación del movimiento.
  • Hinchazón.

Se recomienda inmovilizar la articulación dañada, aplicar hielo sobre ella y mantenerla en reposo absoluto. En ningún caso se debe tratar de recolocar ni aplicar masajes. Lo más adecuado es trasladar al paciente a un hospital para que sea sometido a las pruebas y, según el caso, se le coloque una férula.

Las luxaciones más habituales son las de hombro, codo, cadera y dedos, producto la mayoría de las veces de caídas fortuitas. El principal riesgo en todos los casos es que un hueso desplazado comprima o desgarre los vasos sanguíneos y/o los nervios que pasan cerca.

Las luxaciones pueden ir acompañadas de otros problemas como:

  • Fracturas: Lesiones óseas que pueden variar en gravedad y afectar a personas de todas las edades. En estos casos, la recuperación es un proceso que requiere paciencia, atención y cuidados específicos.
  • Lesiones de los vasos sanguíneos: Lesión de una arteria o vena que puede afectar al sistema arterial, linfático o venoso.
  • Hemorragia: Puede ocurrir dentro o fuera del cuerpo.
  • Problemas articulares: Puede dañar el cartílago de los extremos de los huesos de la articulación.
  • Infecciones: Si la luxación desgarra la piel, la herida puede infectarse.

Las luxaciones pueden dejar secuelas a largo plazo, por ejemplo: rigidez que dificulta los movimientos de la articulación. También es probable que una persona que se ha luxado sienta molestia o dolor en el área afectada cuando hace frío, incluso varios años después del traumatismo.

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