Leptospirosis: ¿Cómo se manifiesta?

Hombre con pantalones de mezclilla azul, sumergiendo sus pies dentro de agua sucia.


La leptospirosis es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Leptospira, que puede afectar tanto a los seres humanos como a los animales.

La leptospirosis se transmite principalmente a través del contacto con agua o suelo contaminado con la orina de animales infectados, como roedores, perros, ganado y otros mamíferos.

Causas y mecanismo de transmisión

La infección ocurre cuando la bacteria entra en el cuerpo a través de heridas en la piel, membranas mucosas (ojos, nariz, boca) o por ingestión de agua contaminada. Las principales fuentes de contagio incluyen:

  • Aguas estancadas contaminadas con orina de animales infectados.
  • Contacto con suelos contaminados, especialmente en zonas rurales o agrícolas.
  • Manipulación de animales infectados o consumo de alimentos contaminados.

Síntomas de la Leptospirosis

La leptospirosis puede manifestarse con síntomas leves o evolucionar hacia formas más graves. Entre los síntomas más comunes se encuentran:

  • Fiebre alta y escalofríos.
  • Dolor muscular y articular.
  • Náuseas, vómitos y diarrea.
  • Dolor de cabeza intenso.
  • Ictericia (color amarillento en la piel y ojos en casos graves).
  • Insuficiencia renal o hepática en etapas avanzadas.

En casos severos, la leptospirosis puede derivar en síndrome de Weil, una complicación que afecta órganos vitales como el hígado, los riñones y el corazón, poniendo en riesgo la vida del paciente.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico de la leptospirosis se realiza mediante análisis de sangre o pruebas específicas para detectar la bacteria Leptospira. Su tratamiento incluye:

  • Antibióticos como la doxiciclina o penicilina para combatir la infección.
  • Rehidratación y control de síntomas en casos leves.
  • Hospitalización y tratamiento intensivo en casos graves con complicaciones renales o hepáticas.

Prevención

Para reducir el riesgo de leptospirosis, se recomienda:

  • Evitar el contacto con aguas estancadas o potencialmente contaminadas.
  • Usar equipo de protección (botas, guantes) al trabajar en zonas de riesgo.
  • Controlar la población de roedores en el hogar y áreas de trabajo.
  • Mantener una higiene adecuada, especialmente en la manipulación de animales y alimentos.
  • Vacunar a los animales domésticos para prevenir la transmisión.

La leptospirosis es una enfermedad que puede prevenirse con medidas de higiene y control de exposición a fuentes de contagio. Aunque en la mayoría de los casos es tratable, su evolución a formas graves requiere atención médica urgente. La concienciación y las acciones preventivas son clave para reducir su incidencia y proteger la salud pública.

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