Dislexia, ¿qué es y cómo tratarla?

Niño sentado en un salón de clases, mostrando su mano a el adulto que esta frente de él.

La dislexia es la manifestación de un trastorno en el proceso de lectoescritura, es decir, el niño presenta un problema en su forma de leer, escribir y, en algunas ocasiones, también con las operaciones aritméticas.

Existen principalmente dos tipos de causas: problemas en el desarrollo neuro genético y/o una inmadurez en el sistema nervioso central. El cerebro de un niño con dislexia presenta una disfunción en la transferencia de información a diferentes zonas del cerebro, las cuales intervienen específicamente en el proceso de escritura y lectura, por lo que no se da de   forma adecuada.

En muchas ocasiones afirmar que un niño tiene problemas de dislexia puede resultar una aseveración exagerada, ya que el infante puede tener otro tipo de problemas que disminuyan su desarrollo en el proceso de lectoescritura.

Sin embargo, es muy importante observar cuando el niño empiece a leer y a escribir, así como descartar principalmente defectos de visión, de audición, coeficiente intelectual por debajo de lo normal, perturbación emocional, problemas de salud graves que afecten el aprendizaje o lesiones cerebrales.

También es importante esperar a que el niño cuente con una maduración adecuada, además de las habilidades necesarias para un desarrollo adecuado en el proceso de lectoescritura. En muchas ocasiones, durante este periodo pueden surgir algunas confusiones en el niño que no tiene nada que ver con la dislexia, pero después de los seis o siete años, el pequeño ya debió de haber consolidado las habilidades necesarias para que su lectura y escritura sean adecuadas.

  • Escritura de espejo (el niño invierte las letras).
  • Confusiones al escribir.
  • Confusiones al escuchar los sonidos de algunas letras.
  • Torpeza motriz y disgrafías (dificultad al escribir).
  • Lectura lenta y con errores.
  • Problemas de expresión.
  • Poca fluidez verbal.
  • Comprensión baja de reglas de sintaxis.
  • Dificultad para deletrear.
  • Dificultad para realizar operaciones aritméticas.

Se puede acudir con un psicólogo de tipo clínico, educativo o con un psicopedagogo. Es necesario que realicen una valoración adecuada para así desarrollar el mejor programa de rehabilitación para el niño, ya que ningún infante presenta los mismos síntomas, es decir, algunos pueden tener más carencias en su escritura y otros en su lectura.

Si el padre o la madre padecen dislexia, es más probable que el niño la presente, sin embargo, esto no se sabrá hasta que el niño muestre los síntomas. Es importante tomar en cuenta que los problemas de aprendizaje son independientes del nivel intelectual del niño, el que un infante presente problemas de aprendizaje, no es sinónimo de un nivel   intelectual bajo.

En muchas ocasiones, el niño que sufre de dislexia recibe un trato inadecuado, por eso es importante observar su comportamiento y detectar si el niño presenta:

  • Falta de atención
  • Alto grado de fatiga
  • Desinterés por el estudio (esto se presenta porque a este tipo de niños se les llega a catalogar como flojos, vagos e incluso tontos)
  • Inadaptación personal
  • Desajustes emocionales
  • Inseguridad
  • Terquedad

Es muy importante acudir con el especialista y llevar a cabo el programa de rehabilitación para que el niño logre compensar sus carencias de lectoescritura. Aunque en estos casos no se trata de un padecimiento que se considere grave, si el trastorno no se detecta y se trata a tiempo, el problema puede aumentar y complicarse rápidamente.

El menor que con gran esfuerzo trata de aprender a leer y a escribir correctamente, y no lo logra, se frustrará progresivamente y desarrollará problemas de autoestima. En padecimientos como este, el papel de los padres es muy importante, ya que los niños no saben que tienen alguna carencia, solo perciben las letras y sus sonidos de diferente manera, lo que les crea una gran confusión.

El niño depende de la atención y del cuidado para poder resolver lo antes posible el problema de dislexia, y así evitar que se convierta en un adolescente inseguro y que no se adapte socialmente.

Compartir:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Back To Top