La alergia nasal se manifiesta en las vías respiratorias altas, provocando lo que conocemos como rinitis alérgica. Sin embargo, tener secreción nasal constante no significa necesariamente padecerla, para ello es necesario presentar algunas molestias características y confirmarlo mediante la realización de estudios.
La rinitis alérgica es causada por una respuesta exagerada del sistema inmunológico a sustancias inofensivas, como el polen. Algunas personas son más propensas a desarrollarla si tienen antecedentes familiares directos de alergias.
Los síntomas característicos de la rinitis alérgica, son:
- Estornudos en forma repetida y frecuente (estornudos en salva)
- Secreción nasal abundante de moco fluido y transparente (rinorrea hialina)
- Congestión nasal que dificulta la respiración (obstrucción nasal).
- Picazón nasal o irritación en la nariz o garganta.
- Picazón en los ojos.
¿A qué soy alérgico?
Si se trata de una alergia estacional, es decir, que se presenta siempre durante el mismo periodo del año, significa que existen partículas en el medio ambiente que provocan la reacción alérgica, lo más probable y frecuente es que se trate de polen. El periodo de polinización es bastante largo y se extiende desde febrero hasta octubre.
No obstante, no solo los pólenes provocan alergia, también se puede ser sensible a ciertas partículas que aumentan en los periodos húmedos del año, como los hongos o los mohos, los cuales se encuentran regularmente en los sistemas de aire acondicionado o incluso en el ambiente. Otro tipo sumamente frecuente es la alergia al polvo casero y a los ácaros.
Pruebas alérgicas
Si el paciente presenta las molestias mencionadas, es fácil sospechar la presencia de alergia nasal; sin embargo, hay que confirmarlo. Para ello es necesario realizar pruebas en sangre y/o cutáneas, las cuales permiten observar la reacción exagerada de su piel a la sustancia inyectada, que normalmente es la causa de la alergia.
Estas pruebas son relativamente sencillas y consisten en inyectar en la piel partículas que habitualmente provocan alergia, si la piel se enrojece y se inflama quiere decir que la prueba es positiva; es necesario que el alérgeno depositado sea el mismo que el que provoca los síntomas, ya que algunos pacientes son positivos a algunos alérgenos, pero estos no le provocan ninguna molestia nasal cuando se les expone al mismo en forma inhalada.
En ocasiones la causa de la alergia no se encuentra fácilmente, por lo que hay que realizar estudios más específicos para encontrarla . Las pruebas sanguíneas miden ciertas proteínas de defensa que genera el organismo cuando un paciente es alérgico, a estas proteínas se les denomina inmunoglobulinas y la tipo E es más frecuente en alergias. Cuando la concentración de esta se encuentra elevada en la sangre se confirma la alergia del paciente.
¿Cuántos tipos de alergias nasales existen?
Hay que distinguir entre la alergia estacional y la perenne. La primera se presenta siempre en la misma época del año y está en relación con un alérgeno específico; esta se produce anualmente durante el mismo periodo, cuando el alérgeno responsable se disemina en el aire y el paciente se expone al mismo.
El segundo tipo, la alergia perenne, es mucho más difícil de tratar y se debe a la exposición a alérgenos presentes en el ambiente durante todo el año, y tiende a acentuar sus síntomas conforme avanzan los años. Una persona puede ser sensible a diferentes alérgenos que están presentes, siendo los más comunes: los ácaros, las cucarachas, los mohos y los hongos que se acumulan en sitios como el baño y el aire acondicionado.
Asimismo, algunas personas son alérgicas a los animales, por lo general este tipo de padecimiento es provocado por ciertas proteínas que se encuentran en la saliva de los animales y como estos frecuentemente se lamen el pelo dichas proteínas entran en contacto con las personas que los rodean.
Por último, se encuentran las alergias ambientales, las cuales están presentes cuando los índices de contaminación aumentan. El paciente mejora notablemente su sintomatología cuando sale de vacaciones, en estos casos lo más probable es que sea alérgico a polvos de madera, resinas, proteínas animales, látex o algunas partículas suspendidas que se encuentran durante todo el año en el ambiente, sobre todo en ciudades muy contaminadas.
Prevención
Para tratar y prevenir las alergias, lo ideal es evitar el contacto con los alérgenos, sin embargo, en la práctica puede resultar muy difícil. Algunos consejos para lograrlo son:
- Tratar de reconocer los factores que desencadenan los síntomas y evitarlos.
- Lavar y cambiar la ropa de cama al menos una vez a la semana, la cual debe ser sintética preferentemente.
- Cubrir el colchón con algún plástico, así como las almohadas, las cuales deben ser sintéticas y lavadas mensualmente.
- Eliminar alfombras, tapetes, cortinas, libros y objetos de peluche de la habitación.
- Tener limpias las habitaciones y libres de polvo, realizar su aseo con aspiradora y trapos húmedos. Evitar todo tipo de plantas y mascotas en el interior de la casa.
- Eliminar los hongos y moho que se forman en las paredes de los baños.
- Mantener cerradas las ventanas de la habitación, de ser posible controlar la humedad y la temperatura. Evitar el uso de desodorantes ambientales, fijadores de pelo, perfumes, cloro o jabones perfumados. Ventilar los clóset y armarios semanalmente, el resto del tiempo mantenerlos cerrados.
- El baño diario debe realizarse con jabón neutro preferentemente, evitar el uso de cremas y lociones.
- Si al suprimir de la dieta alimentos como: cereales, maíz, chocolate, leche, soya, queso o huevos, los síntomas mejoran, se debe consultar al médico tratante.
Si sospechas que padeces rinitis alérgica, es importante consultar a un médico o un especialista (alergólogo) para recibir un diagnóstico y un plan de tratamiento adecuados.