Métodos anticonceptivos

Se conocen así porque tratan de evitar un embarazo sin alterar las condiciones naturales que lo posibilitan. Sin embargo no son muy recomendables, ya que la probabilidad de embarazo es alta y no protegen de una enfermedad de transmisión sexual (ETS).

• Coito interrumpido: Consiste en interrumpir el acto sexual antes de la eyaculación, lo cual no siempre es posible y a veces falla, ya que puede haber liberación de espermatozoides en el líquido preseminal. 
• Abstinencia periódica o ritmo: Para llevar a cabo este método la mujer debe contar con un ciclo menstrual exacto que le permita calcular sus días fértiles y así evitar las relaciones durante este periodo.

Son aquellos que mediante una barrera física impiden la unión del espermatozoide y el óvulo.

• Preservativo masculino y femenino: Mejor conocido como condón (masculino o femenino), es uno de los métodos que, además de evitar el embarazo, puede evitar el contagio del VIH y otras enfermedades de transmisión sexual. El condón masculino tiene una efectividad entre 87 y 98 % y el femenino entre 79 y 95 %. Es necesario conocer la forma correcta de uso, ya que de esto depende en gran parte su efectividad.
• Espermicidas: Ofrecen un 72 %de efectividad y se pueden obtener en diferentes formas farmacéuticas: espumas, cremas, geles, láminas, supositorios o tabletas. No previenen las ETS y es recomendable que se usen en combinación con otros métodos para aumentar su efectividad. 
• Diafragma (femenino): Es una semiesfera de goma en forma de cúpula con un aro flexible, se coloca sobre el cuello de la matriz y evita que el esperma entre al útero. Tiene entre un 83 y 94 % de efectividad. No se debe utilizar si tiene menos de 6 semanas de haber dado a luz, si se es alérgica al látex o si se tienen ciertas anormalidades anatómicas del cuello uterino y de la vagina.
• Esponja anticonceptiva vaginal: Tiene una efectividad de entre 75 al 91%, puede causar alguna irritación local y en ocasiones resulta difícil de introducir o extraer.

Evitan el embarazo a través de estrógenos y progestina. Se deben tomar sistemáticamente y no evitan el contagio de ETS.

• Píldoras anticonceptivas: Estas pastillas tienen alrededor de un 98 % de efectividad, deben consumirse diariamente y es recomendable que se acuda al médico para su prescripción. Es necesario que el ginecólogo tome en cuenta la edad de la paciente, si tiene hijos o no y su historial médico, especialmente si existe la presencia de enfermedades como trombosis, alteraciones hepáticas o cáncer. Sin embargo, no ofrecen ninguna protección contra ETS o el VIH/SIDA.
• Píldora postcoital (píldora del día siguiente): Deben tomarse dentro de las primeras 72 horas después de haber tenido relaciones sexuales sin protección; si se toma después de ese plazo, disminuye su efectividad de 90 a 75 %. No previene ETS ni el VIH/SIDA y tienen efectos secundarios de corto plazo como náuseas, vómito, dolores de cabeza, mareos, fatiga y sensibilidad mamaria anormal.

Estos anticonceptivos son hormonales, ofrecen una excelente protección contra el embarazo, pero no previene ETS y es recomendable que se acuda al ginecólogo para su uso. 

• Inyecciones anticonceptivas: Existen dos tipos de inyecciones, las combinadas que contienen hormonas, estrógenos y progestina y se deben inyectar una vez al mes y tienen una efectividad mayor a 99 % desde el primer día de uso, y las de progestina que se deben de inyectar cada dos o tres meses dependiendo del tipo de inyectable y tienen una efectividad mayor a 99 % en su primer año de uso. 
• Implantes: Son cápsulas plásticas que contienen progesterona, la cual evita que los ovarios liberen óvulos y que el esperma penetre en la mucosidad cervical. Este tipo de anticonceptivos tiene una duración de cinco años, requiere de un procedimiento quirúrgico sencillo y es seguro en un 99 %, en algunas ocasiones no es necesario retirarlo, ya que algunos son biodegradables. Este tipo de método puede provocar irregularidades en el ciclo menstrual, dolores de cabeza y aumento de peso. 
• Parche anticonceptivo: Es un método seguro y práctico que se coloca en los glúteos, en la parte externa superior de los brazos o en la parte baja del abdomen de las mujeres. Se encarga de liberar hormonas que la piel absorbe y evita embarazos. Tiene una efectividad del 93 % y se debe cambiar semanalmente.

Es un pequeño dispositivo en forma de T que se coloca en el útero para evitar embarazos, pero no enfermedades de transmisión sexual. Su eficacia es de un 99 % y puede ser de plástico o de cobre. Su duración varía entre 5 y 10 años, dependiendo del tipo de dispositivo. Es necesario acudir al ginecólogo para su colocación, así como ir periódicamente a revisión.

Son métodos regularmente irreversibles, por lo que se recomiendan solo cuando ya no se desea tener más hijos, no previenen de ETS y es necesario consultar a su ginecólogo.

• Vasectomía: Es una intervención quirúrgica que se realiza a los hombres, tienen una efectividad mayor al 99 % y no tienen efectos secundarios en la salud. En ocasiones puede ser reversible.
• Ligadura de trompas de Falopio: Este tipo de intervención quirúrgica se realiza a las mujeres, tiene una efectividad mayor a 99 % y no tiene efectos secundarios. En la mayoría de los casos no es reversible o se requiere una cirugía mayor para revertirla y no siempre es efectiva.

Aunque para algunos este método anticonceptivo pueda sonar absurdo: es el más seguro, ya que no tiene ningún tipo de efecto secundario y sobre todo se recomienda a los jóvenes para evitar embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual.

Es importante tener en cuenta que el único método anticonceptivo que previene un embarazo y una enfermedad de transmisión sexual al mismo tiempo es el condón, aunque es recomendable combinarlo con otro método y hacerse una prueba de detección de ETS regularmente. De igual manera es importante acudir con tu médico, quien te recomendará el método más apropiado para ti.

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