El labio leporino y paladar hendido son malformaciones congénitas producidas en el periodo de desarrollo del bebé en el vientre materno.
El labio leporino y el paladar hendido son condiciones médicas que afectan el desarrollo facial del feto durante el embarazo. Estas anomalías ocurren cuando los tejidos que forman el labio y/o el paladar no se fusionan correctamente durante las primeras etapas del desarrollo embrionario. Normalmente, se unen en el centro y las líneas de fusión se pueden observar en la hendidura debajo del centro de la nariz y del paladar. En los niños que nacen con estas malformaciones, esta fusión no ocurre.
Los niños con este problema pueden ser rehabilitados mediante la combinación de tratamiento quirúrgico y una terapia integral proporcionada por médicos de diferentes especialidades.
Aunque se desconoce la causa exacta, existen diversos factores que pueden influir, como:
- Antecedentes familiares.
- Embarazadas que fuman, beben alcohol o consumen cierto tipos de medicamentos.
- Madres con obesidad durante el embarazo.
Diagnóstico y tratamiento
A pesar de que no es una condición peligrosa, los niños que nacen con este problema también pueden presentar complicaciones, como alteraciones en el lenguaje, el oído, el crecimiento y desarrollo de los dientes y dificultades para alimentarse. Por esta razón se requiere de la intervención de distintos especialistas como:
- Cirujanos plásticos
- Otorrinolaringólogos
- Pediatras
- Anestesiólogos
- Ortodoncistas
- Odontólogos
- Terapeutas del lenguaje
- Genetistas
- Psicólogos
El diagnóstico del labio leporino y paladar hendido generalmente se realiza poco después del nacimiento del bebé mediante un examen físico y, en algunos casos, mediante pruebas médicas adicionales.
Examen físico
- Observación: El médico realiza una inspección visual del rostro del bebé para identificar cualquier anomalía en el labio o el paladar.
- Palpación: Se realiza una palpación cuidadosa para evaluar la extensión y la gravedad de la fisura.
Exámenes adicionales
- Ultrasonido prenatal: En algunos casos, las fisuras labiopalatinas pueden detectarse durante un ultrasonido prenatal, lo que permite a los padres y al equipo médico prepararse para el tratamiento necesario después del nacimiento.
- Resonancia magnética (IRM): En casos más complejos, se pueden realizar estudios de imágenes, como la resonancia magnética, para obtener información detallada sobre la anatomía y la extensión de la fisura.
Evaluación genética
- Historial familiar: Se recopila información sobre el historial médico de la familia para identificar posibles factores genéticos.
- Pruebas genéticas: En algunos casos, se pueden realizar pruebas genéticas para determinar si hay una predisposición genética a las fisuras labiopalatinas.
El tratamiento del labio leporino y paladar hendido es un proceso multidisciplinario que generalmente involucra a varios profesionales de la salud. El objetivo principal del tratamiento es corregir las malformaciones y mejorar la función facial, el habla y la calidad de vida del paciente.
- Reparación del labio: La cirugía para corregir el labio leporino suele realizarse cuando el bebé tiene entre 3 y 6 meses de edad. Durante la intervención, se suturan los bordes del labio para cerrar la fisura y restaurar una apariencia más normal.
- Reparación del paladar: La cirugía para el paladar hendido se realiza típicamente cuando el niño tiene entre 9 y 18 meses. El objetivo es cerrar la fisura en el paladar para permitir funciones como la alimentación y el habla.
El tratamiento puede implicar múltiples intervenciones quirúrgicas a lo largo del tiempo para corregir la apariencia estética y abordar problemas funcionales.
Recuperación
La recuperación tras la cirugía es generalmente breve: la hospitalización puede durar de dos a tres días, los vendajes se retiran uno o dos días después de la intervención, y las suturas se retiran después de cinco días o se disuelven por sí solas.
Durante la estancia en el hospital, el niño recibe alimentación intravenosa hasta que pueda ingerir líquidos por sí mismo. Posteriormente, seguirá una dieta especial recomendada por el médico durante varias semanas.
En algunos casos, la cicatriz resulta prácticamente imperceptible, ya que tiende a ocultarse con la sombra generada por la nariz.
El tratamiento para un niño con labio leporino no concluye con la cirugía correctiva, ya que requiere un seguimiento médico continuo para detectar posibles problemas.
Los niños nacidos con paladar hendido a menudo experimentan problemas recurrentes en el oído medio debido a la acumulación de fluido, lo que puede ocasionar dificultades auditivas y, por ende, complicaciones en el desarrollo del lenguaje. Es esencial que reciban atención de un terapeuta del lenguaje para facilitar su proceso de aprendizaje.
Asimismo, problemas dentales como mal alineamiento, ausencia o exceso de piezas dentales son comunes. En consecuencia, es recomendable consultar a un ortodoncista para abordar cualquier problema que surja.
Se aconseja realizar revisiones periódicas hasta aproximadamente los 18 años, momento en el cual la cara ha alcanzado sus proporciones permanentes. En algunos casos, puede ser necesario realizar cirugías adicionales, como en la nariz o la mandíbula, para corregir maloclusiones (alineación anormal de los dientes).
El labio leporino y el paladar hendido son condiciones distintas, por lo que un bebé puede presentar una de ellas o ambas simultáneamente. Estos desafíos pueden superarse con el respaldo adecuado y una atención integral. La concienciación y la educación desempeñan un papel crucial en el camino hacia un futuro en el cual cada individuo, sin importar su apariencia facial, tenga la oportunidad de disfrutar de una vida plena y saludable.