Herpes en la piel: Tratamientos y cuidados

El herpes en la piel es una infección viral causada principalmente por dos tipos de virus: el herpes simple (VHS) y el herpes zóster, relacionado con el virus de la varicela zóster. 


Ambas condiciones pueden provocar molestias significativas, desde dolor y picazón hasta ampollas visibles en la piel. Afortunadamente, existen tratamientos eficaces para aliviar los síntomas y acelerar la recuperación.

¿Qué es el herpes en la piel?

El herpes cutáneo se puede manifestar de dos maneras principales:

  1. Herpes simple (VHS-1 y VHS-2):
    • VHS-1: Comúnmente conocido como herpes labial, afecta la zona de los labios y la boca.
    • VHS-2: Se asocia con el herpes genital, aunque también puede aparecer en otras áreas del cuerpo.
  2. Herpes zóster:
    Este tipo aparece como una reactivación del virus de la varicela zóster y suele causar un sarpullido doloroso, comúnmente conocido como “culebrilla”.

Síntomas comunes del herpes en la piel

  • Aparición de ampollas pequeñas llenas de líquido.
  • Enrojecimiento e inflamación en la piel.
  • Dolor, picazón o sensación de ardor en el área afectada.
  • En el caso del herpes zóster, dolor intenso que puede persistir incluso después de que las lesiones hayan sanado (neuralgia postherpética).

Tratamientos disponibles

1. Medicamentos antivirales

Los medicamentos antivirales son la piedra angular del tratamiento para el herpes. Ayudan a reducir la duración de los brotes, aliviar los síntomas y prevenir recurrencias. Entre los más utilizados están:

  • Aciclovir: Disponible en crema tópica y comprimidos orales.
  • Valaciclovir y famciclovir: Alternativas orales que suelen ser más eficaces en ciertos casos.

Es importante comenzar el tratamiento antiviral lo antes posible, preferiblemente al inicio de los síntomas.

2. Analgésicos y antiinflamatorios

Para aliviar el dolor asociado al herpes, se pueden usar medicamentos de venta libre. En casos severos, el médico puede recetar analgésicos más fuertes.

3. Cuidados tópicos

  • Cremas específicas: Algunas contienen anestésicos locales o agentes calmantes que ayudan a reducir la picazón y el malestar.
  • Compresas frías: Alivian el dolor y disminuyen la inflamación en las áreas afectadas.

4. Inmunoterapia y prevención

En personas con un sistema inmunológico debilitado o que experimentan brotes frecuentes, un médico podría considerar tratamientos específicos para fortalecer el sistema inmunológico o pautas profilácticas con antivirales.

Para el herpes zóster, existe una vacuna que reduce el riesgo de desarrollarlo y de sufrir complicaciones graves.

Cuidados generales durante un brote

  • Mantén el área limpia y seca: Esto ayuda a prevenir infecciones secundarias.
  • Evita tocar las lesiones: Tocarlas puede propagar el virus a otras partes del cuerpo o a otras personas.
  • Lava tus manos frecuentemente: Especialmente después de aplicar cremas o tocar accidentalmente las lesiones.
  • Evita compartir objetos personales: Como toallas, utensilios o bálsamos labiales.

Prevención del herpes en la piel

Aunque no siempre es posible prevenir completamente el herpes, ciertas medidas pueden reducir el riesgo de brotes:

  • Evita el contacto directo con lesiones activas: Esto incluye besos o contacto íntimo durante un brote.
  • Fortalece tu sistema inmunológico: Lleva una dieta equilibrada, realiza ejercicio regularmente y controla el estrés.
  • Consulta sobre vacunas: La vacuna contra el herpes zóster es recomendada especialmente para personas mayores de 50 años.

Cuándo consultar al médico

Busca atención médica si:

  • Las lesiones son extensas o muy dolorosas.
  • Presentas fiebre, escalofríos u otros síntomas sistémicos.
  • Tienes un sistema inmunológico debilitado.
  • El dolor persiste después de que las lesiones han sanado (en el caso del herpes zóster).

El herpes en la piel puede ser molesto, pero con un diagnóstico oportuno y el tratamiento adecuado, es posible controlar los síntomas y prevenir complicaciones. Si sospechas que podrías tener un brote, consulta a un médico para recibir orientación personalizada. 

Además, mantener hábitos de vida saludables es clave para minimizar la recurrencia del herpes y cuidar tu bienestar general.

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