Una hernia inguinal se produce cuando el intestino o parte de la membrana que recubre la cavidad abdominal sobresale a través de un orificio débil del abdomen, formando un bulto en la entrepierna que con el paso del tiempo se puede agrandar.
Las hernias inguinales se pueden clasificar en directas e indirectas. Las directas se originan debido al envejecimiento y al esfuerzo prolongado que causa que los músculos del abdomen se debiliten. Este tipo de hernia es más común en hombres adultos que en niños.
Por otro lado, las indirectas ocurren cuando una abertura en la pared abdominal no se cierra correctamente antes del nacimiento, dejando un punto débil. Sin embargo, aunque la hernia está presente al nacer, es posible que no aparezca hasta varios años después.
Factores de riesgo
Una hernia inguinal puede aparecer a cualquier edad, pero existe un mayor riesgo si:
- Eres hombre (los varones tienen ocho veces más probabilidades de desarrollarla que las mujeres)
- Tienes antecedentes familiares
- Tienes sobrepeso u obesidad
- Fumas
- Padeces de tos crónica
- Estás embarazada
- Tienes estreñimiento crónico
Signos y síntomas
- Bulto visible en la zona de la ingle: En el caso de los hombres, puede aparecer un bulto en el escroto.
- En ocasiones puede presentar malestar, dolor o pesadez, especialmente si el paciente tose o realiza alguna actividad que requiera esfuerzo.
Los síntomas pueden empeorar si no se acude al médico, ya que la hernia puede llegar a estrangularse, provocando:
- Crecimiento del bulto
- Dolor intenso
- Náuseas, vómito o ambos
- Fiebre
- El bulto presenta una coloración oscura o rojiza
- Incapacidad para evacuar
En el caso de los recién nacidos, las hernias inguinales pueden ser visibles cuando el bebé llora o tose. Asimismo, el bebé puede presentar irritabilidad y falta de apetito. En niños más grandes también puede ser visible una hernia cuando tose o permanece de pie mucho tiempo.
Diagnóstico
Para diagnosticar una hernia inguinal, el médico le preguntará al paciente sobre su historia clínica, síntomas y realizará un exámen físico, en el cual examinará el área de la ingle en reposo, al estar de pie y al realizar algún esfuerzo. En ocasiones, el médico también puede solicitar una tomografía computarizada o una ecografía para confirmar el diagnóstico.
¿Cómo se trata una hernia inguinal?
El tratamiento consiste en una cirugía para reintroducir el contenido abdominal y reforzar la pared de la zona de la ingle. El tipo de procedimiento quirúrgico depende del tamaño de la hernia, la edad y la historia clínica del paciente.
- Cirugía de hernia abierta (convencional): El cirujano realiza un corte en la zona de la ingle y repara la hernia, finalizando con puntos de sutura y un trozo de malla para cerrar y reforzar la pared abdominal.
- Cirugía de hernia laparoscópica: Se trata de una cirugía menos invasiva. El médico realiza pequeños cortes en el área del abdomen e introduce herramientas especiales para ver y reparar la hernia. El tiempo de recuperación es menor al de la cirugía convencional y puede haber menor riesgo de complicaciones durante la cirugía (infecciones o hematomas).
El tiempo de la cirugía puede ser de 45 a 60 minutos. Sin embargo, depende del tamaño y tipo de hernia y los antecedentes del paciente. Después de la cirugía, el médico puede recetar medicamentos para el dolor.
Prevención
La hernias indirectas no se pueden prevenir debido a que es un defecto congénito, mientras que para las directas se pueden seguir ciertas medidas como:
- Mantener un peso saludable.
- Ingerir alimentos ricos en fibra para evitar el estreñimiento.
- Tomar medidas preventivas si va a levantar objetos pesados.
- Realizar actividad física de manera regular.
- No fumar.
Hernia inguinal en mujeres
Aunque es menos común, las mujeres pueden desarrollar hernias inguinales. Es importante que acudan al médico, ya que es posible confundirla con una hernia femoral por la zona donde aparece el bulto.