A diferencia de la ansiedad, que suele manifestarse como una preocupación constante, en un ataque de pánico aparece de manera repentina un miedo intenso que provoca inestabilidad e intranquilidad.
“La característica principal del ataque de pánico es la aparición súbita de miedo intenso, de corta duración, autolimitante, recurrente y progresivo sin factor aparente, por lo que las personas sienten que pierden el control de su mente y cuerpo”, menciona la Dra. Sara Revuelta, psiquiatra del Hospital Angeles Pedregal.
Sus principales síntomas son:
- Palpitaciones (taquicardia)
- Mareos
- Sudoración
- Temblor
- Escalofríos
- Sensación de falta de aire
- Sensación de despersonalización
- Dolor abdominal
- Náuseas
- Sensación de vómito
- Miedo de morir
- Sensación de atragantarse
- Opresión o malestar en el pecho
- Miedo a perder el control
- Parestesia (sensación de entumecimiento u hormigueo)
Cualquier persona puede presentarlos; sin embargo, los ataques de pánico pueden tener una predisposición genética, es decir, si una persona tiene algún familiar directo que los ha padecido tiene mayor probabilidad de presentarlos.
Además se ha observado cierta relación entre los ataques de pánico y otros trastornos de salud mental, por ejemplo: depresión y ansiedad. Asimismo, pueden ser provocados por alguna enfermedad física (hipoglucemia, problemas cardiacos, hipertensión) o ante situaciones de estrés emocional intenso.
“Es importante descartar primero cualquier anomalía fisiológica para poder canalizar al paciente con un psiquiatra para comenzar el tratamiento”, comenta la especialista.
¿Cuál es el tratamiento?
Existe una estructura en el cerebro llamada locus coeruleus encargada de “disparar” ciertas sustancias químicas como las catecolaminas, las cuales pueden provocar una respuesta en todo el organismo ante esta descarga. El tratamiento consiste en el uso de ciertos medicamentos que regulan la actividad bioquímica para evitar esos disparos de catecolaminas.
Además, se necesita una terapia psiquiátrica. Una de las más utilizadas es la cognitivo-conductual que poco a poco acerca al paciente a la experiencia que asocia con la presentación del ataque de pánico.
¿Cómo ayudar a una persona que tiene un ataque de pánico?
Las personas que padecen de ataques de pánico necesitan ser comprendidas y apoyadas. “Existe una técnica llamada retroalimentación positiva o de biofeedback, en la que se trabaja con la respiración e imaginación”.
Y agrega: “El objetivo es que el paciente conozca como cambiar un pensamiento desagradable por uno agradable, es decir, que aprenda a guardar en la mente imágenes que sean relajantes para él y pueda concentrarse en ellas durante el ataque de pánico”.
¿Puede curarse?
“Con el tratamiento adecuado, los ataques de pánico pueden llegar a desaparecer en la mayoría de los casos, en un promedio de 6 a 10 años. En ocasiones no desaparecen por completo, sino que se presentan como brotes aislados, pero el paciente puede aprender a manejarlos”, concluye.
Hospital Angeles Health System
