La neumonía es una infección inflamatoria que afecta a uno o a los dos pulmones. Es causada en su mayoría por bacterias y en el menor de los casos por hongos, virus y otros microorganismos.
La neumonía provoca la inflamación de los alvéolos, que son pequeños sacos de aire en los pulmones donde se realiza el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono. Generalmente se presenta tras la inhalación de algunos microorganismos, pero a veces la infección es causada por bacterias en el flujo sanguíneo que migran a los pulmones directamente.
Causas
En adultos, los principales agentes bacteriólogos que causan esta enfermedad son: Streptococcus pneumoniae (neumococo), Staphylococcus aureus, Salmonella, Haemophilus influenzae.
Algunos virus como el de la gripe y la varicela también pueden causar neumonía. En niños y adultos jóvenes, la causa más frecuente de un cuadro de neumonía es el Mycoplasma pneumoniae, un microorganismo semejante a una bacteria.
Las personas con mayor riesgo de contraer esta enfermedad son aquellas que:
- Fuman
- Ingieren bebidas alcohólicas
- Son diabéticos
- Presentan desnutrición
La bacteria de la neumonía (neumococo) puede atacar a cualquier persona, siendo los adultos de edad avanzada y los niños los más susceptibles a contraer esta enfermedad. Sin embargo, aquellas personas con un sistema inmune deficiente pueden contraer la enfermedad debido a la utilización de ciertos fármacos como los empleados para combatir el cáncer y otros padecimientos.
Síntomas de la neumonía
- Fiebre (leve o alta)
- Escalofríos
- Dolor en el tórax
- Tos (puede expectorar mucosidad)
- Dificultad para respirar
- Dolor en el pecho
- Dolor de cabeza
- Sudoración excesiva
- Falta de apetito
- Debilidad
Los síntomas pueden variar dependiendo si la neumonía es causada por una bacteria o virus. Si presentas alguno de los síntomas anteriores, es importante acudir con el médico para establecer el diagnóstico correcto, ya que este padecimiento puede confundirse con un resfriado común.
Diagnóstico
La infección se confirma mediante una radiografía del tórax, en la que se podrán observar varias manchas de color blanco en los pulmones (que normalmente aparecen como un fondo negro). El médico también puede solicitar un examen de sangre y de expectoración, con el fin de identificar la causa de la neumonía.
¿Cómo se trata?
Las posibilidades de recuperación incrementan con la detección temprana, cuando no hay una alteración previa del sistema inmune o la enfermedad no se ha esparcido a otros órganos diferentes al pulmón. La neumonía puede ser tratada en casa u hospital, según lo considere el médico. Los medicamentos utilizados para tratar la neumonía dependen del agente infeccioso que la causó.
Una vez controlada la temperatura del paciente, deberá continuar con el tratamiento indicado para evitar una recaída que puede ser mucho más grave. El reposo puede ayudar a tener una recuperación exitosa.
Prevención
La vacunación contra la neumonía y la influenza es una medida preventiva importante, especialmente en personas con factores de riesgo.
Otras formas de prevención son:
- No fumar.
- Realizar ejercicio de manera regular.
- Llevar una dieta balanceada.
- Lavar muy bien las manos para disminuir la exposición a algunas bacterias.
Es importante buscar atención médica temprana si se sospecha de neumonía para que el médico pueda determinar la causa y brindar el tratamiento adecuado. La automedicación o el uso indebido de antibióticos pueden ser perjudiciales y no se recomiendan sin la supervisión de un profesional de la salud.