Helicobacter pylori (H. pylori) es una bacteria que infecta el estómago de aproximadamente dos tercios de la población mundial.
Aunque muchas personas infectadas no presentan síntomas, la bacteria H. pylori puede causar diversas enfermedades gástricas, incluyendo gastritis, úlceras pépticas y, en casos graves, cáncer gástrico.
H. pylori es una bacteria en forma de espiral que se adapta al ambiente ácido del estómago. Su capacidad para sobrevivir en condiciones tan hostiles se debe a la producción de ureasa, una enzima que neutraliza el ácido estomacal. Una vez establecida, la bacteria H. pylori puede causar inflamación en el revestimiento del estómago y del duodeno (el inicio del intestino delgado).
Causas y factores de riesgo
La infección por H. pylori se transmite principalmente de persona a persona a través de contacto directo con saliva, vómito o heces. También se puede propagar a través del agua y alimentos contaminados. Los factores de riesgo son:
- Condiciones de vida: Vivir en condiciones de hacinamiento o falta de higiene.
- Familiares infectados: Tener familiares cercanos con infección por H. pylori.
- Países en desarrollo: Mayor prevalencia en países con menos acceso a agua potable y condiciones sanitarias adecuadas.
Síntomas de la Infección por H. pylori
Aunque muchas personas con H. pylori no presentan síntomas, cuando estos ocurren pueden incluir:
- Dolor abdominal: Especialmente cuando el estómago está vacío.
- Hinchazón y eructos: Sensación de plenitud y aumento de gases.
- Náuseas y vómitos: Molestias estomacales persistentes.
- Pérdida de apetito: Disminución del deseo de comer.
- Pérdida de peso involuntaria: Sin causa aparente.
Complicaciones
Si no se trata, la infección por H. pylori puede llevar a complicaciones serias:
- Gastritis crónica: Inflamación persistente del revestimiento del estómago.
- Úlceras pépticas: Llagas en el revestimiento del estómago, duodeno o esófago.
- Cáncer gástrico: Aumento del riesgo de desarrollar cáncer en el estómago.
- Linfoma MALT: Un tipo raro de cáncer en el tejido linfático del estómago.
Diagnóstico
El diagnóstico de la infección por H. pylori puede realizarse mediante varias pruebas:
- Prueba de aliento con urea: Detecta la presencia de H. pylori midiendo el dióxido de carbono en el aliento después de ingerir una solución de urea.
- Prueba de antígeno en heces: Detecta proteínas específicas de H. pylori en una muestra de heces.
- Análisis de sangre: Busca anticuerpos contra H. pylori, aunque no puede distinguir entre infección activa y pasada.
- Endoscopia con biopsia: Permite al médico tomar una muestra de tejido del estómago para un examen más detallado.
Tratamiento
El tratamiento de la infección por H. pylori generalmente incluye una combinación de antibióticos y medicamentos que reducen el ácido estomacal para mejorar la efectividad de los antibióticos. El régimen típico incluye:
- Antibióticos
- Inhibidores de la bomba de protones (IBP)
- Subsalicilato de bismuto: A veces se agrega para ayudar a eliminar la bacteria y proteger el revestimiento del estómago.
El tratamiento suele durar de 10 a 14 días, y es importante completar todo el curso de medicación para asegurar la erradicación de la bacteria.
Prevención
Para reducir el riesgo de infección por H. pylori, se recomienda:
- Practicar buena higiene: Lavar las manos regularmente con agua y jabón.
- Consumir agua potable segura: Evitar agua contaminada.
- Manejar los alimentos de manera segura: Cocinar bien los alimentos y mantener superficies de cocina limpias.
- Evitar el contacto con secreciones: No compartir utensilios, vasos o cepillos de dientes con personas infectadas.
La infección por Helicobacter pylori es común y puede ser asintomática, pero en algunos casos puede causar graves problemas de salud. Es crucial reconocer los síntomas y buscar atención médica para un diagnóstico adecuado y tratamiento efectivo. La adherencia a las recomendaciones de tratamiento y las prácticas preventivas pueden ayudar a manejar y reducir el riesgo de esta infección.