Cuando el cáncer es pequeño no es posible diferenciar entre un seno con cáncer y otro sano, ya que no genera cambios a la vista. No obstante, existen exámenes específicos que pueden detectar lesiones tan pequeñas como 2 a 3 mm. El estudio que permite su diagnóstico preciso es la mastografía, la cual se realiza en términos generales en mujeres de 40 años o más.
Existen otras formas de evaluación con métodos de imagen como el ultrasonido, como complemento a la mastografía y la resonancia magnética. Estas pruebas permiten evaluar el tejido mamario y determinar si hay células cancerosas presentes.
Los cambios en la apariencia de los senos pueden variar debido a muchos factores (edad, genética, hormonas, entre otros). Cuando el cáncer de seno se ve a simple vista se debe a que ha crecido:
- Se siente un bulto en el seno.
- La piel se hace gruesa y se retrae.
- El pezón se hunde y puede haber salida de líquido rojo, café o verde.
- Puede llegar incluso a generar ulceración en la piel.
- Como hallazgos asociados, pueden crecer los ganglios en la axila.
Es fundamental que cualquier cambio en los senos que cause preocupación se evalúe por un médico o especialista en salud mamaria para un diagnóstico preciso. La detección temprana y el tratamiento oportuno son esenciales para un mejor pronóstico en caso de cáncer de mama.
Dra. Carolina González Vergara / Especialista en Radiología e imagen / Certificada en Imagen de la Mama
Cédula profesional: 1096613