Al llorar se liberan oxitocina y endorfinas, hormonas que ayudan a disminuir los niveles altos de angustia y actúan como un calmante natural.
El llanto es una reacción normal y puede ocurrir por diversas situaciones generalmente negativas como recibir malas noticias, tristeza o rabia; sin embargo, también una alegría muy intensa puede provocarlo.
Genera empatía
Llorar es una vía de comunicación que tenemos desde que nacemos y puede ser una manera efectiva de conectar con los que te rodean, ya que sirve como una señal de que necesitas ayuda o apoyo, y propicia un ambiente íntimo en el que es más probable que se generen vínculos sociales.
Combate las bacterias
El llanto contiene un líquido llamado lisozima, el cual ayuda a eliminar y protegernos de bacterias. Además, cuando lloramos se limpia el lagrimal y se consigue una adecuada hidratación del ojo.
Reprimir el llanto
Muchas personas, en su mayoría hombres, tienden a reprimir las ganas de llorar debido a que socialmente es visto como una señal de debilidad o inseguridad.
Sin embargo, el contener el llanto puede afectar nuestra salud. Una persona que no llora cuando lo necesita contiene la rabia o enojo y no es capaz de liberar la tensión interna, lo que puede provocar estrés, ansiedad o dolores físicos como malestar estomacal, dolor de cabeza, tensión muscular, entre otros.
No obstante, llorar no sirve como método preventivo de depresión o trastornos de ansiedad, no evita una patología mental, pues eso depende de determinados factores de la personalidad de cada individuo. En los casos en los que el llanto no es proporcional al motivo que lo desencadena, podría ser una señal de algún trastorno mental como bipolaridad o depresión, en la que el llanto es uno de los síntomas.