Alergias: Síntomas y tratamiento
Suelen comenzar desde la niñez, y pueden presentar síntomas respiratorios, cutáneos y digestivos.
Las enfermedades alérgicas son muy frecuentes en los niños. El factor hereditario es muy importante: si un padre padece alguna de estas enfermedades, hay 30 % de posibilidades de que su hijo la herede.
La alergia se produce cuando el sistema inmune del paciente no reconoce a un antígeno externo; generalmente inicia desde la niñez y, en ocasiones, su aparición es escalonada (lo que se conoce como marcha alérgica).
Las 4 principales enfermedades alérgicas son: alimentaria, dermatitis atópica, rinitis alérgica y asma.
La alergia a los alimentos puede iniciar desde los primeros días de vida con alergia a las proteínas de la leche de vaca. Es necesario aclarar que no existe alergia a la lactosa, que es un carbohidrato sin la capacidad de estimular una respuesta alérgica.
Síntomas y tratamiento
- Alergia alimentaria: Cuando un niño experimenta alergia alimentaria, pueden surgir una variedad de síntomas, como hinchazón abdominal, irritabilidad, reflujo, vómitos, diarrea o estreñimiento, además de manifestaciones cutáneas como dermatitis. El diagnóstico se establece principalmente mediante evaluación clínica, apoyada por pruebas cutáneas que revelan reacciones alérgicas positivas a ciertos alimentos. En el tratamiento, se recomienda suspender el alimento desencadenante durante al menos dos años. Es importante señalar que la alergia alimentaria en niños tiende a ser temporal y puede resolverse con el tiempo.
- Dermatitis atópica: La dermatitis atópica se manifiesta típicamente con piel extremadamente seca y la aparición de lesiones rojizas que provocan picazón, principalmente en áreas como las mejillas, el cuello y las zonas de flexión. En casos más graves, estas lesiones pueden extenderse por todo el cuerpo. El diagnóstico se basa en la evaluación clínica, respaldada por pruebas cutáneas positivas o detección de IgE específica a alérgenos inhalados, como ácaros del polvo, cucarachas, hongos, o caspa de mascotas. El tratamiento generalmente incluye el uso de antihistamínicos, junto con cuidados especiales de la piel. En casos más severos, puede ser necesario recurrir a la inmunoterapia específica, que consiste en la administración de vacunas con aeroalérgenos.
- Rinitis alérgica: Esta afección, más común en niños mayores de 3 años, se desencadena por una respuesta alérgica a alérgenos inhalados, como pólenes de árboles, pastos o ácaros del polvo. Los síntomas incluyen congestión nasal, picazón en la nariz, secreción nasal clara y estornudos. El diagnóstico se realiza principalmente a través de evaluación clínica y pruebas cutáneas positivas a los alérgenos inhalados. El tratamiento implica el uso de antihistamínicos, esteroides nasales, y en algunos casos, se considera la administración de una vacuna específica para la alergia.
- Asma: Se trata de una enfermedad pulmonar caracterizada por la inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias, lo que provoca tos, dificultad para respirar y sibilancias (silbidos en el pecho). Estos síntomas pueden variar en gravedad y en ocasiones pueden desencadenar crisis agudas de asma. El diagnóstico se basa en una combinación de síntomas clínicos, pruebas de función pulmonar y la respuesta al tratamiento:
El tratamiento del asma incluye broncodilatadores, antiinflamatorios inhalados (esteroides) con buena técnica de inhalación, e inmunoterapia de alérgenos específica.
Si sospechas que tu hijo tiene algún tipo de alergia, acude con el especialista para sus pruebas, valoración, medicación y seguimiento.
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