Melanoma: el cáncer de piel más letal

El aumento de esta enfermedad en los últimos años, es significativo. El melanoma es el cáncer de piel más letal. Detectarlo a tiempo o en un estadio avanzado, es lo que puede marcar la diferencia de supervivencia, debido a su enorme potencial de hacer metástasis a otros órganos del cuerpo.

Hoy día, el 80 por ciento de las muertes por cáncer de piel en México se debe al melanoma: un tipo de tumor de piel que nace en las células llamadas melanocitos, encargadas de producir el pigmento. “Si estas células, que son normales, presentan una transformación maligna, surge el cáncer de piel tipo melanoma”, advierte la Dra. Gabriela Castrejón Pérez, dermatóloga y cirujana dermato-oncóloga del Hospital Angeles Clínica Londres.

Existen tres tipos de cáncer de piel: el carcinoma basocelular, el carcinoma epidermoide y el melanoma. “Este último es el más peligroso, ya que tiene la capacidad de no solo invadir la propia piel, sino que puede propagarse a otros órganos, como: cerebro, hígado o huesos, si no se detecta a tiempo”, comenta.

Diferencias

Los lunares son una proliferación benigna de estas células llamadas melanocitos. El 98% de la población tiene alguno. “En términos médicos se llaman nevos y se dividen en dos tipos: congénitos, que son con los que nacemos, y los adquiridos, que desarrollamos después de los primeros 2 años de vida, siendo estos los más comunes”. 

La diferencia entre un lunar y un melanoma es que el primero es completamente benigno y en el segundo presenta células malignas con el potencial riesgo de invadir, destruir y metastatizar. En cambio, los lunares son estables, mantienen siempre el mismo tamaño y color, no así el melanoma. 

En este sentido, es importante que las personas conozcan la regla ABCDE para reconocer los posibles melanomas:

  • A. Asimetría. La forma del lunar no es homogénea, sino irregular.
  • B. Borde. Su borde es irregular, mal definido u ondulado.
  • C. Color. El lunar no tiene el mismo color, varía de una zona a otra.
  • D. Diámetro. Es mayor a 6 milímetros.
  • E. Evolución. Tiene una rápida progresión en su color, tamaño o bordes.

Durante la infancia y adolescencia los lunares pueden aparecer y desaparecer, y dejan de hacerlo después de la tercera década de vida. “Un lunar o mancha nueva a partir de esa edad tiene que ser vigilado constantemente. Además, no hay que olvidar que el melanoma puede nacer sobre un lunar o en piel sana”, dice la especialista.

“Las personas con más de 75 lunares en todo el cuerpo pueden tener mayor riesgo de padecerlo, así como quienes cuentan con antecedentes familiares en primer grado de melanoma. Otro factor de riesgo importante es la exposición a los rayos ultravioleta emitidos por el sol o a través de camas de bronceado. Asimismo, los pacientes con VIH o con otro tipo de cáncer también tienen mayor riesgo de desarrollarlo”. 

Diagnóstico

Relativamente el melanoma es fácil de detectar debido a que se encuentra a la vista. “El diagnóstico, en la mayoría de los casos, es sencillo ante ojos expertos. Cualquier lunar con las características de la regla del ABCDE es sospechoso. Para confirmar si se trata de un melanoma se realiza una dermatoscopia: una herramienta que nos permite observar de cerca las manchas o lesiones melanocíticas, o bien, en caso necesario, una biopsia para reconocer a tiempo si existe alguna modificación en las células de un lunar”.

Es importante considerar que el diagnóstico temprano puede mejorar ampliamente el pronóstico y la sobrevida de los pacientes, por lo que es importante acudir al especialista de forma anual. “No es recomendable esperar a que los lunares sufran cambios o generen algún tipo de molestia”.

Se puede prevenir

El melanoma, como todos los cánceres de piel, puede prevenirse: utilizando protector solar, evitando las cámaras de bronceado y acudiendo a consulta anual con el especialista. 

“El sol es fundamental para vivir, lo que no está bien es utilizarlo para estar bronceados. Debemos protegernos de la radiación solar con bloqueadores, utilizar lentes protección para rayos UV y gorros o sombreros, sobre todo las personas que pasan mucho tiempo de ocio o trabajo al aire libre. Debemos exponernos al sol de forma saludable”, puntualiza.

En este sentido, finalmente la especialista exhorta a que después de los 60 años de edad las personas acudan al dermatólogo por lo menos una vez al año, no solo para detectar el melanoma, sino también para descartar otros tipos de cáncer de piel. Además, “las personas, antes de los 60 años, con antecedente familiar de melanoma también deben consultar al especialista una vez al año a partir de los 12 años o antes si es necesario”.

Hospital Angeles Health System

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