La histerectomía consiste en la extirpación total o parcial del útero o matriz y puede llevarse a cabo por vía vaginal o abdominal.
Se trata del procedimiento quirúrgico ginecológico más frecuente. La histerectomía se puede efectuar en casos de tumores malignos (cáncer) o patologías benignas, sobre todo en pacientes que presenten sangrado uterino y dolor pélvico (que no respondan a tratamiento farmacológico), así como por miomas, endometriosis, prolapso uterino y cáncer ginecológico (ovario, endometrio y cérvix).
Este procedimiento se puede realizar por dos vías:
- Vaginal: Debido a que la extirpación se efectúa por la vagina no implica cicatrices abdominales. Es una opción habitual para los casos de prolapso uterino.
- Abdominal: Se puede realizar en tres modalidades: cirugía abierta, laparoscópica y robótica. La primera implica una incisión en la pared abdominal y suele efectuarse en pacientes con úteros grandes o, en algunos casos, de cáncer.
La cirugía laparoscópica es una técnica de mínima invasión en la que se hacen pequeñas incisiones en la pared abdominal para introducir un tubo delgado (laparoscopio) y que el especialista puede ver en el interior de la pelvis mediante una cámara que envía imágenes a una pantalla.
En la cirugía robótica también se realizan pequeñas incisiones en la pared abdominal para introducir los brazos robóticos (controlados de manera remota y precisa por el cirujano) que dirigen los instrumentos quirúrgicos dentro de la pelvis.
Estas dos últimas técnicas brindan diversos beneficios a las pacientes: menor dolor, mejor recuperación y menos riesgos de complicaciones.
Por lo general, la histerectomía abdominal por laparoscopia suele durar 90 minutos. En tanto la vaginal, alrededor de 60 minutos. Es importante considerar que el motivo del procedimiento, el volumen uterino u otros motivos pueden incrementar la duración de la cirugía.
Asimismo, el alta hospitalaria en caso de cirugía vía vaginal y laparoscópica es de 24 a 48 horas. Los casos oncológicos pueden requerir una estancia mayor.
Luego de una histerectomía se recomienda reposar durante 4 semanas; en este periodo es importante evitar esfuerzos, baños vaginales y relaciones sexuales hasta que el médico evalúe el proceso de cicatrización.