Una fisura anal es una grieta o desgarro del tejido del revestimiento del ano, que por lo general resulta muy doloroso.
La fisura anal se presentan frecuentemente en personas con estreñimiento crónico, debido a las lesiones producidas por el estiramiento del ano por el paso de heces muy duras o voluminosas.
También puede ser producida por diarrea o inflamación de la zona ano-rectal, y es común en mujeres después del parto y en personas con enfermedad de Crohn.
Síntomas
- Dolor muy intenso al evacuar, que puede durar desde unos minutos hasta varias horas.
- Estreñimiento.
- Presencia de sangre de color rojo al evacuar, pero sin mezclarse con las heces.
Diagnóstico
Los síntomas suelen ser la base para el diagnóstico de una fisura anal, aunque para cerciorarse, el médico podría realizar un examen físico. Otros exámenes médicos que se pueden realizar son:
- Anoscopia: Un procedimiento en el cual se observa el ano, el canal anal y parte del recto.
- Sigmoidoscopia: Se observa el recto y parte inferior del intestino grueso.
- Biopsia: Se extirpa parte del tejido rectal para evaluarlo.
Tratamiento
Por lo general, el tratamiento va dirigido a reblandecer las heces para aminorar la lesión causada por la evacuación. Una buena medida es incrementar el consumo de alimentos con alto contenido de fibra (vegetales, leguminosas, granos enteros, frutas) y tomar una mayor cantidad de líquidos. O bien, el médico puede recomendar el uso de algún tipo de laxante.
El tratamiento también va encaminado a reducir los síntomas; un baño de asiento caliente después de evacuar puede reducir el dolor, así como alguna pomada que contenga anestésico. En algunos casos puede ser necesaria una intervención quirúrgica que consiste en una pequeña incisión que elimina la fisura y el tejido subyacente.
Prevención
Para prevenir las fisuras anales, es importante mantener hábitos intestinales saludables, incluyendo una dieta rica en fibra, beber suficiente agua y evitar el estreñimiento. Además, es fundamental evitar el esfuerzo excesivo durante la defecación y tratar cualquier problema de salud que pueda aumentar el riesgo de desarrollar fisuras, como el estreñimiento crónico o la diarrea.
Aunque la fisura anal puede ser una afección dolorosa y molesta, existen varios tratamientos disponibles para aliviar los síntomas. Es importante consultar a un médico para obtener un diagnóstico adecuado y recibir el tratamiento adecuado. Con el cuidado adecuado, la mayoría de las fisuras anales pueden curarse con éxito y prevenirse en el futuro.
Hospital Angeles Health System
