¿El rotavirus es contagioso?: Mitos y verdades

El rotavirus es uno de los principales virus responsables de causar diarrea severa en niños, especialmente en menores de 5 años.

A pesar de su impacto global y de ser una de las principales causas de hospitalización infantil por deshidratación, aún existen muchos mitos y confusiones sobre su transmisión, prevención y tratamiento. 

¿Qué es el rotavirus?

El rotavirus es un virus altamente contagioso que afecta principalmente el tracto gastrointestinal, provocando síntomas como diarrea acuosa severa, vómitos, fiebre y dolor abdominal. Es la causa más frecuente de gastroenteritis infantil en el mundo. Aunque puede infectar a personas de cualquier edad, los pequeños son los más vulnerables a sufrir complicaciones graves, como la deshidratación.

El rotavirus se transmite principalmente a través de la vía fecal-oral, lo que significa que el virus se propaga cuando pequeñas partículas de heces infectadas entran en contacto con la boca de otra persona. Esta transmisión puede ocurrir fácilmente por:

  • Contacto directo (como cuando se cambia un pañal contaminado y no se lavan las manos correctamente).
  • Superficies o juguetes contaminados.
  • Consumo de alimentos o agua contaminada.

Ahora que entendemos qué es el rotavirus, aclaremos algunos mitos comunes.

Mito 1: El rotavirus no es muy contagioso

Verdad: El rotavirus es extremadamente contagioso.

El rotavirus es altamente infeccioso, especialmente en entornos donde hay niños pequeños, como guarderías o escuelas. Incluso una pequeña cantidad de partículas virales puede ser suficiente para causar una infección. Las heces de una persona infectada pueden contener millones de partículas de rotavirus, lo que facilita su rápida propagación.

El virus puede sobrevivir en superficies durante varias horas o incluso días si no se limpia adecuadamente. Esto significa que los niños pueden contraer el virus tocando juguetes, superficies o incluso alimentos que han estado en contacto con el virus.

Mito 2: Solo los niños pueden contraer rotavirus

Verdad: Aunque es más común en niños pequeños, los adultos también pueden infectarse.

Si bien el rotavirus afecta principalmente a niños menores de 5 años, los adultos también pueden infectarse, aunque generalmente experimentan síntomas más leves. Esto ocurre principalmente cuando están en contacto cercano con niños infectados o en brotes en entornos como hospitales o residencias de ancianos.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, los adultos que han tenido rotavirus durante su infancia han desarrollado cierta inmunidad. Por eso, las infecciones en adultos tienden a ser menos severas que en los niños.

Mito 3: Una vez que te contagias de rotavirus, no puedes volver a infectarte

Verdad: Es posible infectarse con rotavirus más de una vez, aunque los síntomas suelen ser más leves.

A diferencia de otros virus, como el sarampión, una infección por rotavirus no garantiza inmunidad completa. Existen varias cepas de rotavirus, y aunque la primera infección tiende a ser la más grave, es posible contraer el virus nuevamente, aunque con síntomas más leves. La repetición de infecciones ayuda a desarrollar una inmunidad progresiva.

Es por esta razón que, aunque los adultos pueden reinfectarse, suelen presentar síntomas menos severos que los niños pequeños, quienes generalmente no han sido expuestos al virus anteriormente.

Mito 4: El rotavirus solo se contagia cuando hay síntomas

Verdad: El rotavirus es contagioso incluso antes de que aparezcan los síntomas.

Una persona infectada con rotavirus puede empezar a transmitir el virus incluso antes de mostrar síntomas, lo que hace difícil contener su propagación. La fase más contagiosa ocurre durante los primeros días de enfermedad, pero la persona puede seguir transmitiendo el virus durante varios días después de que los síntomas desaparezcan.

Es crucial mantener buenas prácticas de higiene, como lavarse las manos frecuentemente y desinfectar superficies, para reducir el riesgo de contagio, incluso cuando los síntomas no son evidentes.

Mito 5: El rotavirus no es peligroso si hay tratamiento médico disponible

Verdad: El rotavirus puede ser mortal si no se trata adecuadamente, especialmente en países con acceso limitado a atención médica.

El rotavirus, si bien no suele ser letal en países con buenos sistemas de salud, puede causar complicaciones graves, como la deshidratación severa, que puede llevar a la muerte si no se trata rápidamente. En países en desarrollo, donde el acceso a atención médica y soluciones de rehidratación oral puede ser limitado, el rotavirus sigue siendo una de las principales causas de muerte infantil.

Por eso, la prevención a través de la vacunación es esencial. Las vacunas contra el rotavirus han demostrado ser muy efectivas para reducir la incidencia y la gravedad de la enfermedad, y su implementación en muchos países ha resultado en una disminución significativa de las hospitalizaciones y muertes relacionadas con el virus.

Mito 6: El rotavirus se puede prevenir solo con higiene

Verdad: La higiene ayuda, pero la vacunación es la mejor medida preventiva.

Si bien lavarse las manos, limpiar superficies y mantener buenos hábitos de higiene puede reducir el riesgo de contagio, no son suficientes para prevenir por completo la infección por rotavirus. El virus es resistente y puede sobrevivir en el entorno durante mucho tiempo. La vacunación sigue siendo la forma más efectiva de proteger a los niños de esta enfermedad.

La vacuna contra el rotavirus está recomendada para todos los niños pequeños y se administra en las primeras semanas de vida. Esta vacuna ha mostrado reducir significativamente la gravedad de la infección y las hospitalizaciones relacionadas con el virus.

El rotavirus es altamente contagioso y puede tener consecuencias graves, especialmente en niños pequeños. A pesar de los avances médicos y las mejoras en la higiene, la vacunación sigue siendo la herramienta más eficaz para combatir esta enfermedad. 

Desmentir los mitos sobre el rotavirus y comprender su verdadero riesgo es clave para tomar decisiones informadas sobre la salud de los más vulnerables. Mantener buenas prácticas de higiene y seguir el calendario de vacunación recomendado puede marcar la diferencia en la prevención de esta enfermedad.

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