Una de las inquietudes de los padres o la familia cuando un niño es diagnosticado con cáncer es cómo es que se le puede ayudar a ese paciente. Lo primero que les decimos es tratar de adaptarlo lo más pronto posible a las actividades cotidianas e incluso escolares de acuerdo a la edad del paciente.
Cuando el niño está en una fase de remisión o que el cáncer esté controlado y tiene indicaciones de su médico para realizar sus actividades escolares de manera normal, es importante que los maestros no lo alejen y que traten de integrarlo. Son enfermedades que no se contagian y que finalmente es un niño que puede y debe realizar sus actividades como cualquier otro niño propio de la edad.