La cirugía refractiva con láser más común para corregir algunos padecimientos que afectan la visión y evitar el uso de anteojos y lentes de contacto es la cirugía ocular LASIK.
“La fotoqueratectomía refractiva asistida con láser, LASIK por sus siglas en inglés (Láser Assisted In Situ Keratomileusis) es el procedimiento que más se realiza en el mundo y tiene como finalidad primordial cambiar no solo la curva de la córnea, sino también el espesor del tejido estromal de la misma córnea, con tal precisión, que los nuevos equipos de láser son capaces de llevar a cabo cortes en micras controladas por computadoras sofisticadas”, comenta el Dr. Alejandro Barquet F. oftalmólogo del Hospital Angeles Pedregal.
Con este sistema es posible corregir:
- Miopía (dificultad para ver de lejos).
- Hipermetropía (dificultad para ver de cerca).
- Astigmatismo (aberración óptica en la curvatura de la córnea que produce distorsión de las imágenes y que puede estar asociado tanto a miopía como a hipermetropía).
Esta cirugía tiene la finalidad de hacer a las personas totalmente independientes de anteojos o de lentes de contacto; sin embargo que “el médico debe conocer y tratar a sus pacientes por lo menos dos años antes de realizar esta cirugía, para corroborar que su graduación no presenta cambios de más de media dioptría por año”, menciona el oftalmólogo.
Deben ser pacientes sanos, especialmente en el área ocular, que no tengan cuadros de infección activa u ojo seco (común en pacientes con artritis). Cualquier dato clínico que haga sospechar enfermedad ocular, debe ser revisado por el especialista para que decida si el paciente es candidato idóneo para cirugía con láser.
¿En qué consiste esta cirugía?
El rayo láser logra con exactitud micrométrica cambios en la curvatura y en el espesor de la córnea, es decir, en la “lente” más poderosa que tiene el ojo para lograr enfocar los objetos distantes y cercanos. Al modificar el poder dióptrico de la córnea, el paciente logra ver con perfecta nitidez.
El tiempo promedio es de 20 a 30 minutos y no requiere permanencia hospitalaria. Tampoco se requieren exámenes preoperatorios como en otro tipo de cirugías, pero es necesario un estudio oftalmológico completo que incluya el examen optométrico (graduación exacta), de ser posible automatizada y con la pupila dilatada. También se deben practicar estudios de topografía de la córnea y paquimetrias (para ver el espesor real de la córnea).
¿Se necesita alguna terapia de rehabilitación después de la cirugía?
No, la rehabilitación es parte de la propia evolución postoperatoria y depende en gran medida del cuidado que el paciente tenga para protegerse del medio ambiente, por ejemplo:
- Humo de tabaco.
- Contaminación ambiental.
Aunque se han minimizado los riesgos trans y postoperatorios, no se debe descartar la posibilidad de una infección después de la operación. No obstante, las ventajas de la cirugía LASIK son múltiples y varían dependiendo de las necesidades de los pacientes. El no depender de los lentes es motivo de alegría para muchos pacientes.
“En general, los porcentajes de éxito son muy altos; podría decirse que más del 95%. Un porcentaje muy pequeño de pacientes dicen que la calidad de la visión es menor a la que tenían, debido a que la cirugía puede alterar en grado menor la sensibilidad al contraste. Es importante no darle falsas expectativas a las personas, que probablemente esperan el 100% de resultados favorables”, concluye el Dr. Alejandro Barquet.